7 de diciembre de 2016

Dándole vueltas a "Casablanca"


Es sin duda tarea arriesgada apostar por la mejor película de la historia. Seguro que una encuesta daría resultados muy diversos. Yo siempre he tenido predilección por las "pelis" antiguas, y suscribo lo que alguien decía hace poco por algún lugar de la red que ahora no recuerdo: "mis películas favoritas son en blanco y negro". Pienso no equivocarme si afirmo que una de las obras  que aparece siempre cuando de nostalgias cinematográficas se trata es "Casablanca".

Dirigida en 1942 por Michael Curtiz e interpretada en sus papeles principales por Humphrey Bogart e Ingrid Bergman -también tienen su papel importante Claude Rains y Paul Henreid, pero no entiendo hablar de Casablanca sin poner a la pareja en cuestión en lugar preferente- "Casablanca", además de ser una película de calidad sobresaliente y ganar 3 Oscars -mejor film, mejor director y mejor guión adaptado- es una fuente inagotable de frases, escenas, guiños, actitudes, ... Si nos ponemos a recordar momentos inolvidables de sus 102 minutos de duración, no nos limitaremos a la selección de 3 o 4, porque hay tantos que ninguno tiene desperdicio.

¿Y por qué nos gusta tanto Casablanca?. Tal vez porque nos identificamos con un personaje como el de Rick Blaine, ... a lo mejor le envidiamos su forma de vida, tan compleja como discreta, en un territorio alejado del glamour pero valioso en tiempo de guerra. Seguro que admiramos su serenidad, esa fortaleza que le hace intocable sin necesidad de escudos ni armas, y nos gustaría pasearnos por cualquier club nocturno con cigarrillos sin filtro, mirada distante y una copa en la mano, sin más ruido que un ambiente de susurros y la música discreta. Vivir silenciosamente, con actitud que no se sabe si es tímida o altiva ... o ambas cosas a la vez, los sinsabores de la vida, el dolor de la distancia, los amores perdidos.

Tal vez sea la belleza serena y triste de Lisa Lund, desterrada en el mundo, cargando en sus ojos la tristeza de un adios incomprensible, todo melancolía, ansiedad, ... huellas de desamor. Pero, con ello, compatible con la elegancia, la dulzura, la aceptación del destino. Es posible que nos hubiera gustado más otro final, un amor reiniciado, vidas recompuestas, heridas curadas, ... pero también sería menos real. Y el reencuentro entre Lisa y Rick no deja de ser un guiño al recuerdo de la belleza anterior, a la recomposición de lo que se había torcido. Y en medio de todo, una historia hermosa de voluntades firmes y actitudes heróicas.

Y en nuetro devenir diario, ¿quién no ha sentido alguna vez el deseo de callar el fanatismo con "La Marsellesa", de enfrentarse a la sinrazón nazi, de desear el "inicio de una gran amistad"?. Y no nos cansaremos de verla, como no nos cansamos de ver, leer, escuichar la belleza ... y repetimos: "¡Tocala otra vez, Sam!".

3 comentarios:

gloria dijo...

No me canso de verla. Con otro final, aunque tambien me hubiera gustado, no sería Casablanca...y no seria el inicio de una gran amistad..
Seria luna historia de amor mas

Modestino dijo...

No, no sería Casablanca.

Rick dijo...

De todos los cafés del mundo, ¡ella entra al mío!

2,7182 saluda a 3,1416 ;)