29 de noviembre de 2016

Metáfora del olmo


Hoy alguien comentaba que el viejo olmo seco al que cantó Antonio Machado aún se conserva en Soria. Efectivamente, en internet acabas encontrandolo todo, y allí se recogen fotografías como ésta donde se contemplan los restos del árbol inmortalizado por el poeta y que ahora reposan en la plaza existente junto a la parroquia de Nuestra Señora del Espino de la capital castellana. Alguna noticia nos habla de deterioro, de desidia y dejadez de las autoridades. Una pena, aunque a pesar de todo el olmo aún sigue en pié, aún soporta el paso del tiempo y las torpezas de los hombres.

Con el paso de los años, con la llegada de las inevitables "goteras", todos podemos caer en la tentación de comenzar a sentirnos como el olmo viejo, a vernos "carcomidos y polvorientos", a añorar los ruiseñores de los álamos del "camino y la ribera", a vernos invadidos de seres ajenos, ... Será entonces el momento de recordar y evocar la belleza que entresacó un poeta español de la decadencia, del derrumbe del árbol,  que en su día también fue joven y vigoroso. Y a la vez, de comprobar, como el propio Machado concluye, que siempre podrá "verdecer" una rama, sera posible regresar a la luz y a la vida y confiar en el milagro de la primavera.

Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.


  ¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.


  No será, cual los álamos cantores
que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.


  Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él, y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas.


  Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que rojo en el hogar, mañana,
ardas en alguna mísera caseta,
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje
por valles y barrancas, 
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.

25 de noviembre de 2016

Una canción, una frase


Desempolvando los viejos temas que triunfaban en la época de mi juventud, allá por los años 70 y 80, ha venido a mi cabeza uno de los grandes éxitos de Chicago, según wikipedia "la banda más representativa, y la más exitosa en términos comerciales, de lo que se dieron en llamar Big Bands de Rock". Me refiero a "Hard To Say I'm Sorry", una melódica canción que hemos escuchado tantas veces a lo largo de tantos años.

No he pensado repasar ni la historia ni la discografía del grupo nacido en la ciudad que le da el nombre, sino simplemente en lo que nos dice el títulom de la canción : "Es difícil decir lo siento" ... y la verdad es qu, siendo cierta la afirmación, en realidad eso de pedir disculpas no debería ser precisamente difícil. Con frecuencia, ... ¡demasiada!, he sentido dolor por no haber pedido perdón a tiempo, ... incluso a veces cuando ya no era posible hacerlo, ni siquiera con retraso. Pero nunca es tarde para aprender, para saber decir "lo siento", sin matices, sin esperar nada a cambio, sin reservarnos el mínimo esbozo de revancha, ... sinceramente, con el corazón, no por compromiso, para quedar bien, como claúsula de estilo.

Por eso, mientras escuchamos una balada bonita, emotiva, nostálgica, nos viene bien asumir que la frase es todo un reto.

23 de noviembre de 2016

Un adios lleno de sentimiento


Ayer falleció José Iranzo, el "Pastor de Andorra". Tenía nada menos que 101 años, y es que una persona de su calidad humana, su sabiduría natural y su voz maravillosa estaba predestinado a tener larga vida: le necesitábamos todos los aragoneses ... y parte del resto de España.

Su lista de premios y condecoraciones es larga, y me remito a los obituarios que publica la prensa impresa y digital. Por encima de todo, su gran mérito es haber sabido interpretar como nadie la jota aragonesa, ese canto que es todo sentimiento, todo fuerza y todo entrega.

Ayer Heraldo de Aragón nos contaba la respuesta de Iranzo cuando era entrevistado con motivo de su centenario acerca de su trabajo de pastor cuando en 1918 una epidemia de gripe acabó con la vida de su padre y sus dos hermanos: "La soledad no es tan dura. No pasé mucho miedo en el monte -señalaba en una entrevista publicada el año pasado, con motivo de su 100 cumpleaños, porque, cuando me venía, enganchaba a cantar y ya está". ¡¡¡Menudo consejo a seguir!!! ... aunque ni de lejos cantemos tan bién como este hombre cuyo arte fue descubierto cuando prestaba el servicio militar.

Los aragoneses tenemos fama de brutos, de duros, ... de siesos, ... y algo de cierto tendrá el cliché, pero por encima de todo siempre nos acaba pudiendo el corazón, y seguro que todos nos emocionamos al escuchar la "Palomica".

Descanse en paz José Iranzo, ¡Descanse en paz el pastor de Andorra!.


21 de noviembre de 2016

Semana de lluvias


El hombre del tiempo anuncia lluvias. En este asunto los tiempos han cambiado poco, conforme se profundiza en el otoño,  de una manera u otra la naturaleza se rebela y trae los fríos, la niebla, la lluvia, la nieve ... y en Zaragoza, hasta el cierzo. Quienes andan más atentos a estos pronósticos ya nos advertieron sábado y domingo que la lluvia iba a protagonizar casi toda la semana. Ya de madrugada, el sonido del agua ha acompañado nuestros sueños como seria advertencia del clima con el que nos toca ahora convivir.

Conozco a más de uno a quien le gusta la lluvia, algo que envidio. Yo me limito a aceptarla como voluntad que viene de arriba y, sin duda, como acontecimiento beneficioso para quienes tanto dependen de que el cielo sea generoso, espléndido con el agua. De paso, aprovecho la coyuntura para aprender y beneficiarme de las ventajas de la lluvia, a descubrir que con ella el calor del hogar aumenta su valor, y aunque la vida urbana lo que ofrece no es más que calefacción central y alguna estufa, la imaginación es capaz de transportarte a una cálida chimenea. Con la lluvia el paisaje adquiere un aspecto y un colorido especial, con ese toque poético, sus ecos románticos y hasta cierto ambiente de inquietud. Y con la lluvia, las lecturas adquieren más encanto, las conversaciones más contenido y la vida otro ritmo.

Hoy, en pleno lunes, me preparo para enfrentar esa semana lluviosa que promete -¿por qué no?- belleza, calor humano y hasta novedades.



16 de noviembre de 2016

Historia de un portero

Alfredo Relaño, periodista a veces polémico pero que de fútbol sabe un rato, publicaba hace casi un año un impactante artículo en "El País" -"El internacional que durmió en la calle"- sobre la triste y dura historia de Juan Antonio Deusto, portero forjado en la cantera del Athletic, que triunfó en Málaga y Hércules de Alicante, llegó a internacional y, tras una serie de fracasos familiares, económicos y profesionales, terminó su vida en la indigencia, falleciendo olvidado de todos el 21 de julio de 2011 en el Hospital de Basurto (Vizcaya) a la edad de 65 años. El fútbol tiene estas cosas, su cara y su cruz, con demasiados casos en los que tras la gloria deportiva, la mala suerte, la torpeza en los negocios, los malos o escasos consejeros o las circunstancias de la vida provocan derrotas que en ocasiones son más tristes y profundas que las deportivas. El propio Relaño pone el acento en el importante papel que muchas veces desarrollan las asociaciones de veteranos para echar una mano a aquellos compañeros a los que la suerte les ha sido esquiva. No es oro todo lo que reluce, y nuestros ídolos deportivos pueden tener los pies de barro. Pero la memoria de Deusto no puede limitarse a sus años malos, ... siempre quedará el recuerdo de un portero excepcional, de alguien que superó los obstáculos que tuvo para triunfar llamativamente en lo suyo.

Mi primer recuerdo de Deusto se remonta a los cromos de futbolistas. Cada año había álbum nuevo por septiembre, y en el mismo cada equipo de primera tenía quince o dieciseis espacios para rellenar,  de éstos, dos estaban reservados a los porteros correspondientes. En el Athletic de Bilbao, que por aquello del orden alfabético era siempre el primero, el puesto principal estaba reservado a José Angel Iribar, "El Chopo",  personaje absolutamente indiscutible tanto en San Mamés como en la selección española. Allá por la mitad de los años 60 el otro portero solía ser  Deusto -a veces aparecía un tal Zamora que no tenía nada que ver con el legendario Ricardo-, un futbolista a quien solamente veíamos en las fotos, pues a lo largo de cuatro temporadas tan sólo disputó once encuentros oficiales. A un niño como yo, alguien como Iribar le parecía prácticamente inmortal, y al estar muy lejos de mis planteamientos que un jugador pudiera pasar alegremente de un club a otro, consideraba que Deusto sería siempre un suplente sin brillo. La sorpresa vino al abrir el album de la temporada 1970-71, pues en él Deusto figuraba como  primer guardameta de un Málaga que, entrenado por el húngaro Jenö Kalmar, regresaba a primera con ambiciones y en el que destacaban dos argentinos de escuela como los medios Viberti y Vilanova, un pulmón incansable como Migueli -nada que ver con el que sería central barcelonista-, amen de otros jugadores solventes como Martínez, Conejo, Alvarez y Roldán. 

En el Málaga, Deusto dio la campanada y cubrió un primer año de ensueño, demostrando ser un guardameta de primer nivel, con una agilidad felina, dominio absoluto del juego aéreo y valentía al enfrentarse a los delanteros rivales. En Málaga estuvo cinco años, ganando el Trofeo Zamora su segunda temporada -17 goles encajados en 28 encuentros- , protagonizando los mejores años del equipo de la Costa del Sol, que con Marcel Domingo en el banquillo y fichajes del nivel de Bustillo, Macías, Orozco, Requejo y el "Chupete" Guerini, flirtreó durante varios años con los puestos que daban acceso a Europa. Era el Málaga un conjunto brillante, con gente que tocaba muy bien el balón, una defensa seria y, sobre todo, un meta que daba una enorme seguridad a los diez compañeros que saltaban al campo con él. También fue llamado asiduamente por Ladislao Kubala, entonces seleccionador nacional, aunque allí volvió a encontrarse con la larga sombra de Iribar.

El gran salto profesional lo dio Deusto cuando, al bajar el Málaga a segunda, fue fichado por un Hércules pujante, un equipo en el que al mando de Arsenio Iglesias se vivían años de éxitos. En el equipo alicantino se encontró una plantilla llena de figuras: Giuliano, Saccardi, Juan Carlos, Baena, Carcelén, Aracil, el "Tigre" Barrios y sus antiguos compañeros del Athletic Arieta II y Betzúen. En el Rico Pérez siguió brillando, y vistiendo sus colores consiguió la llamada definitiva de Kubala para llegar a debutar con la selección un 24 de noviembre de 1973 en Sttugart frente a la selección germana. Al finalizar la temporada 1979-80, contando 34 años, decidió poner fin a su vida profesional. A partir de entonces llegó la caída, pero hoy nos quedamos con una trayectoria en la que Deusto no se conformó con estar oscurecido por el brillo de un meta de época y supo buscarse la vida para demostrar que él también era capaz de brillar por todo lo alto.

13 de noviembre de 2016

El último "magnífico"

El pasado día 11 falleció en Ridgefield,pueblo ubicado en el condado de Fairfield en el estado estadounidense de Connecticut, el actor neoyorquino Robert Vaughn. El artista contaba 83 años y una leucemia ha terminado con su vida. Aunque en 1989 llegó a obtener una candidatura al mejor actor de reparto por su papel en "La ciudad frente a mí", película dirigida por Vicent Sherman y protagonizado por Paul Newman, Vaughn frecuentó más los papeles protagonistas de guiones televisivos. En este sentido la serie que le lanzó a la fama fue "El agente de CIPOL", que en España tuvo bastante éxito en la noche de los jueves, y donde Vaughn y el escocés David McCallum encarnaban a dos espías pertenecientes a una organización internacional: el estadounidense Napoleón Solo y el georgiano (de Georgia-URSS) Illya Kuryakin. El jefe de ambos lo encarnaba el británico Leo Gratten Carroll, un célebre secundario habitual en el Hollywood de la época dorada. En televisión también apareció en episodios ocasionales de series tan famosas como "El Virginiano", "Bonanza" o "Los Intocables", amen de algún papel en "Colombo", donde como se sabe a las "estrellas invitadas" les tocaba hacer de asesinos.

En el cine su trabajo más famoso lo realizó en el mítico e inolvidable film "Los siete magníficos" (1960), dirigido por John Sturges y con  Yul Brynner, Steve McQueen, Charles Bronson, James Coburn, Horst Buchholz y Brad Dexter como compañeros "magníficos"; el papel de "malo, malísimo" fue, como tantas veces, para Eli Wallach. Precisamente el actor ahora fallecido era el último de los siete héroes que quedaba con vida. Del cine solamente le recuerdo también en un breve papel de senador en una de esas "pelis" de catástrofes que tanto proliferaron en los 70, "El coloso en llamas" (1974), dirigida por John Guillermin y con Paul Newman y Steve McQueen en los papeles principales.También se asegura que tuvo su papel den "Los Diez mandamientos", aunque no he sido capaz de situarle. Donde sí queda identificado es en la tercera entrega de "Superman", donde le corresponde el papel de villano.

Como suele ocurrir cuando alguien famoso nos deja, los artículos de los especialistas de la prensa nos ofrecen aspectos desconocidos de quienes mueren. Para mi, por lo menos, lo era el aspecto político de Robert Vaughn. Incluso hay quien opina que su tendencia a la actividad política superaba su vocación de actor. Fue miembro desde antiguo del Partido Demócrata y mantuvo una profunda amistad con Robert Kennedy, el Senador y Fiscal General estadounidense asesinado en Los Ángeles en 1968 cuando parecía destinado a ser nuevo presidente de su país.Gregorio Belinchón en "El País" nos ilustra con este interesante párrafo: "Pero en realidad al actor le "aburría la interpretación". Le interesaban mucho más los viajes y la política: amigo de Robert F. Kennedy, dio diversos discursos en contra de la Guerra de Vietnam -fue el primer actor en hacerlo- y fue miembro muchos años del Partido Demócrata. Se doctoró en Comunicaciones en 1970 en la Universidad de Southern California con su tesina La influencia del Comité de Actividades Antiamericanas en el teatro estadounidense 1938-1958, que se publicó como libro en 1972: Only victims, sobre la lista negra de Hollywood."

Descanse en paz.

11 de noviembre de 2016

Un adiós discreto


Ayer falleció Leonard Cohen. Su adiós fue muy a su estilo, discreto y silencioso Cohen tenía 82 años y Pablo Ximénez de Sandoval nos cuenta en "El País" que "El poeta y cantautor canadiense acababa de publicar un disco en el que se declaraba preparado para el final de su vida". Es una frase consoladora, significativa ... dice mucho del estilo de este hombre, de su personalidad fuerte, sólida,  sugerente. Pero, por encima de todo, Cohen ha sido un poeta, un artista que cantaba y escribía de maravilla. Sin duda, con él se marcha uno de los líderes de la música contemporánea.

Hace unos días, cuando la Academia sueca concedía el Nobel de literatura a Bob Dylan, muchos echaban de menos que el ganador hubiera sido Leobard Cohen, ... el tiempo ha corrido más deprisa y ya no habrá segunda oportunidad. En España estuvimos al quite y hace cinco años le fue concedido el "Premio Príncipe de Asturias" de las letras, Con tal motivo le dediqué un post cuyo enlace dejo aquí. La persona muere, pero su obra queda, y si hay una canción que es "inmortal" es, sin duda "Suzanne". Descanse en paz.


http://modestino.blogspot.com.es/2011/06/leonard-cohen-premio-principe-de.html

8 de noviembre de 2016

Hoy saldremos de dudas


Si alguien me preguntaran a quien votaría, en caso de poder hacerlo, en las elecciones presidenciales americanas que hoy se celebran , tengo bien clara mi respuesta: a nadie. La presencia de un personaje como Donald Trump en un lado del "ring" me parece preocupante y la simple posibilidad de su elección me produce la misma inquietud que a tantos y tantas que andan por ahí advirtiendo de todo tipo de peligros y calamidades. Pero tales presagios pienso que no influirían lo suficiente como para votar a una señora a quien con llamativa frecuencia he escuchado y leído  manifestaciones y propuestas que van radicalmente en contra de mis convicciones más profundas. Entiendo que los años y las experiencias  me han ayudado a adquirir la "trasversalidad" mínima para aceptar el gobierno de quien mantiene opiniones diferentes a las mías, es más cada vez tengo más arraigada la opinión acerca de la bondad de la discrepancia.  Eso sí, entiendo que hay  límites y sin duda uno de ellos es la agresividad que he observado en Mrs. Clinton respecto de algunas cuestiones que para mí tienen importancia: acepto la discrepancia pero me rebela el "frentismo".

Estamos sin duda ante un día importante, y lo que ocurra a partir de la próxima madrugada seguro que va a ser trascendente para los Estados Unidos y para el resto del planeta. Ahora bien, cuando conozca el resultado me parece que mis sentimientos no van a ir más allá de la preocupación si gana uno y la tristeza si vence el otro. De cualquier manera, seguro que el sol seguirá saliendo cada mañana, la vida continuará con su rutina -sin excluir algún sobresalto- y nadie nos aseguró cuando llegamos a este mundo que los tiempos iban a ser fáciles, asequibles a nuestras fuerzas. ¡Que Dios reparta suerte! ... ¡y que salga el sol por Antequera!.

1 de noviembre de 2016

Lecturas de otoño


Buena cosecha literaria en octubre. Me han gustado los siete libros finalizados, pero si alguien busca una recomendación segura, no tengo ninguna duda de que los dos últimos libros referidos son dos auténticas joyas.

He tenido que esperar algunos meses para encontrar libre en la Biblioteca Pública de Zaragoza "El manantial", primera novela de la británica Catherine Chanter, unánimemente aplaudida por la crítica y ganadora del "Cavendish College Fiction Prize". No sabría muy bien como encasillar el género de este relato de 441 páginas, pues tiene su parte de intriga, algo de inquietante y hasta su toque de ciencia ficción: de hecho el argumento parte de una Inglaterra en la que el cambio climático ha dado lugar a una sequía tremenda que mueve a los protagonistas a irse a vivir a una finca que lleva el título de la novela y que viene a ser una especie de oasis, ... aunque pronto aparece el aspecto maldito del lugar. La autora describe con tono poético ambientes y lugares, y añade una clara intención de crítica al fanatismo religioso, reflejado en una especie de monjas medio hippies que se instalan en los alrededores de la finca y viven en caravanas. El tono general del libro contiene bastante de angustia, por mucho que termina dejando abierta la puerta de la esperanza. Una novela bien escrita, desde mi punto de vista con un exceso de páginas y a la que le falta cierta tensión, aunque lo compense con un lirismo destacable.

Henry Miller fue uno de los escritores norteamericanos mas notables del siglo pasado. Tiene ganada fama de provocador, rebelde e irreverente, y su vida literaria estuvo frecuentemente protagonizada por la polémica y hasta por cierto escándalo. Se trata de valoraciones que posiblemente el simple paso del tiempo y la rebaja de tabúes ha podido reducir bastante. La editorial "Navona" publicó hace un par de años un breve ensayo -al parecer se trata sin más de un pequeño trabajo que ahora se vende como libro- titulado "Leer en el retrete", un título original y que resultó lo suficientemente sugestivo para tomar la decisión de leerlo. Comprobé que efectivamente Miller opta por un tono provocador, y a la vez que nos deleita con fina ironía. Aprovecha un tema tan "especial" para elucubrar sobre las lecturas y los modos de leer del personal, no pareciendo precisamente muy partidario de la costumbre que da título a su relato. Se trata de un libro de poco más de 60 páginas con el que disfruté, más al principio que al final, cuando la divagación del autor se hace más abstracta. Se añade un epílogo de Enrique de Hériz que aporta una lista de libros por leer bastante interesante.

Sin duda uno de los hombres clave de la llamada época de la Transición fue Leopoldo Calvo-Sotelo, ministro en prácticamente todos los gobiernos de los primeros años de la Monarquía, pieza fundamental en el nacimiento de la UCD y presidente del Gobierno durante un tiempo tan importante como el que va del golpe de estado del 23 de febrero hasta la llegada del PSOE al poder. Ya leí en su día "Historia viva de la transición", unas breves memorias llenas de lucidez, claridad e ironía, y tras conocer este verano  a un sabio catedrático de Historia Contemporánea especializado en el personaje, he leído "Papeles de un cesante", una recopilación de artículos, prólogos de libros y conferencias pronunciadas por Calvo-Sotelo a partir de su salida de la actividad pública: muy ilustrativa es la frase que acompaña al titulo: "La política desde la barrera". Los temas que trata son de los más plurales, y en todos ellos destaca la elegancia, la moderación y la fina crítica que siempre caracterizaron las intervenciones del político fallecido hace ya más de ocho años. Desde recuerdos de juventud, pasdando por asuntos tan alejados de su trayectoria como el 2 de mayo o la generación de 98, hasta cuestiones tan importantes y en las que tuvo protagonismo como las negociaciones de entrada en la Comunidad Europea, el espinoso tema del ingreso en la OTAN, el nacimiento y defunción de la UCD o el terrorismo de ETA, así como su valoración personal de personajes del calado de los presidentes Giscard d'Estaing o Miterrand, políticos españoles como Suárez, Areilza, García Díez o Satrústegui, y personajes tan atractivos como el filósofo Xavier Zubiri y el Cardenal Tarancón. He disfrutado de lo lindo.

Una de las novelas del género policíaco de las que más se ha hablado este verano es "Así es como se mata", un libro publicado por "Alfaguara" y escrito por el italiano Mirko Zilahy. El protagonista es el comisario romano Enrico Manzini y se trata de la primera entrega de una anunciada trilogía. Estamos ante una novela negra especial: tiene una calidad literaria superior a la media y es original, distinta a lo que estamos acostumbrados a ver. En la novela hay dos grandes protagonistas: el comisario Manzini, un profesional brillante traumatizado por el reciente fallecimiento de su esposa víctima de un cáncer y un asesino en serie, "La sombra", que  tiene aterrorizada la ciudad con unas muertes realmente espeluznantes. En esta relato policial no tiene trascendencia la identidad del asesino, da igual quien es, no hay sorpresa: lo importante no es el "quién" sino el "porqué".  El autor trabaja también muy bien los secundarios, fundamentalmente el amplio equipo que colabora con Manzini. Se trata de una novela en toda su extensión: interesante, amena, con descripciones ... bastante más que un simple libro de intriga. También he de decir que una vez terminado me quedó algún hilo suelto, aunque supongo que habrá que cargarlo en el debe de mi propio despiste: el libro no es fácil de leer. Por otra parte, y como se comentaba en alguna crítica encontrada en internet, el relato tiene algo de "gótico" y puedo asegurar que la descripción de los crímenes exigen cierta capacidad de "aguante". Cabe añadir que Zilahy también aprovecha para "filosofar" e intentar ser "profundo".

Un tiempo antes del verano me tocó intervenir en una mesa redonda organizada por los miembros de un célebre club social de ámbito internacional. Son gente generosa y, enterados de mi afición lectora, me regalaron en correspondencia a mi colaboración un ejemplar de "Ciudad en llamas", posiblemente por entonces la principal novedad editorial del momento. Se trata de una extensísima novela -le faltan 28 páginas para alcanzar las 1000- ambientada en el Nueva York de 1977 y que es la primera de su autor, Garth Risk Hallberg. Sin duda uno de esos "novelones" que te duran mucho y que, al concluirlos, quedas con cierta sensación de proeza. No cabe duda que el autor es ambicioso, y en su obra incluye ambientes de lo más variado, donde caben grandes familias, potentados económicos, corrupciones de todo tipo, con muy especial hincapié en el entonces naciente mundo de los punkies, las drogas y ese universo underground tan atractivo para la literatura. Sobre todo es una novela en la que  aparecen multitud de personajes, gentes con historias distintas que conforme avanza la lectura van llegando a un punto común de unión. Me ha costado leer el libro, incluso no tengo bien claro el porcentaje de texto que creo haber entendido bien: no me atrevería a asegurar si el 60, el 70 o el 80%. Comencé la lectura en mayo y la he concluido pasado el ecuador de octubre. Un esfuerzo considerable para un libro que no creo deje a nadie indiferente. ¿Es aconsejable leerlo?, pienso que sí, siempre que se tenga paciencia. Eso sí, tras una lectura compleja y cargada de conflictividad, el autor consigue un epílogo delicioso.

Hacía tiempo que tenía ganas de leer "El cacique", la novela con la que Luis Romero obtuvo el premio "Planeta" en 1963. Aunque haya autores de su generación con más fama, el escritor catalán me parece una de las mejores plumas de la excelente generación española de posguerra; ya me encantaron en su día obras suyas como "La noria" y "Los otros". La novela ha respondido, con creces, a las expectativas. Romero nos muestra un escenario magnífico que refleja al detalle el ambiente rudo y sombrío de la España rural de la época. A partir del fallecimiento del cacique del pueblo, el autor describe todas las miserias que  van surgiendo a partir del luctuoso acontecimiento: la codicia, la envidia, las rencillas personales, los secretos ocultos e inconfesables del muerto y su familia, los deseos de venganza, ... amen de la picaresca que suele rodear tantas veces la sociedad española. El relato contiene un número alto de personajes, todos ellos perfectamente dibujados y con una fuerza notable. Luis Romero consigue situar perfectamente a cada ser humano, sin que haya protagonistas  y siempre dando más importancia al boceto humano que a un argumento que no tiene especial relevancia, de hecho no cabe hablar de desenlace. La escena final del entierro me pareció sencillamente genial. Cabe añadir una indiscutible calidad literaria.

Hace casi un año leí "Para Isabel", el primer libro de Antonio Tabucchi que pasaba por mis manos. Desde entonces he tenido anotada como lectura deseada y preferente "Sostiene Pereira", para muchos la mejor novela del ya fallecido escritor italiano. Tras terminarlo, a la par que el mes de octubre, me incluyo fervorosamente en la lista de los admiradores de esta pequeña obra que llevó al cine en 1996 Roberto Faenza y protagonizó el inolvidable Marcello Mastroianni. Como en el otro libro citado, Tabucchi consigue que el lector quede embelesado con una forma ya de por sí distinta y maravillosa de escribir. No ocurre gran cosa, pero todo lo cuenta el autor con un lirismo y una agilidad literaria  inigualables. El personaje de Pereira, cuyo nombre de pila no llegamos a conocer, es entrañable, con su mezcla de inteligencia y bondad y con especial mención a las conversaciones que mantiene con el cuadro de su esposa fallecida. Magnífica también la ambientación en la Lisboa de la primera década de la larga dictadura de Oliveira Salazar, con ecos de la guerra civil española, en pelno auge al tiempo en que se desarrolla la novela y de la pujanza de la Alemania nazi y el fascismo italiano. Debe de tener razón Brunetti cuando pone tan alto a los portugueses.