28 de agosto de 2015

La última foto


Leyendo ayer la prensa digital me topé con esta foto, una imagen que podríamos denominar informal y veraniega en la que aparecen algunos de los principales representantes de la candidatura "Junts pel sí", la coalición electoral que reúne a quienes pretenden conseguir al terminar la jornada electoral del próximo 27 de septiembre que el Parlament catalán tenga una mayoría suficiente como para realizar experimentos independentistas de riesgo. La verdad es que la imagen me ha llamado la atención, entre otras cosas porque se puede ver al personal distendido y contento, cosa que no es mala; pero no puedo evitar tener la impresión de que a todo un artista de la talla de Llach  parece que se le ha hecho tarde  haciendo chapucillas en el baño de su casa,  el "Rey Artur" anda un poco descolocado en el grupo,  el número uno de la candidatura parece más un entrenador de basket que un político con aspiraciones, la señora de la ANC acaba de llegar del mercadillo y el tal Junqueras aparenta las formas del yerno colgado con pinzas en la foto familiar.

Es evidente que los tiempos han cambiado, pero cuando recuerdo las formas y las arrogancias de los políticos de CIU en los tiempos en que yo vivía por esas tierras, cuando alardeaban cual gallo dominante de sus reiteradas mayorías absolutas, de su pretendida eficacia como gestores, de su responsabilidad casi empresarial, no puedo evitar pensar que si por entonces hubieran podido siquiera vislumbrar el futuro y contemplar semejante "presidencia", algún que otro temblor les hubiera entrado en las piernas, ... o sencillamente no la hubieran creído real y posible. En plena crisis de las bolsas orientales y europeas, con Grecia manteniendo su papel de patata caliente en la Unión Europea y  el mundo sacudido por el  drama enorme e injustificable de los inmigrantes, estas cosas son "pecata minuta", pero si la gestión de la independencia se tiene que basar en este foto, miro a Cataluña, ejemplo durante tanto tiempo de tantas cosas, y pienso aquello de "quien te ha visto y quien te ve".

27 de agosto de 2015

Adios a Txiqui Benegas


Ayer falleció en Madrid José María Benegas, diputado socialista y diputado del Congreso español de modo ininterrumpido desde 1977. Salvo por su condición de Consejero de Interior durante el primer Consejo General Vasco constituido tras el franquismo, en 1978 bajo la presidencia  Ramón Rubial, Benegas no ocupó cargos públicos de relevancia, a pesar de lo cual tuvo un papel importante y decisivo en la historia de la transición española y en la del propio Partido Socialista Obrero Español, donde desempeñó durante diez años el puesto de Secretario de Organización, una labor fundamental en la política de un partido.  A Benegas se le atribuye una influencia decisiva en el triunfo de las tesis que Felipe González defendió en el célebre congreso de Suresnes y que supusieron el abandono por los socialistas  del marxismo y la consolidación del sevillano como lider indiscutible. Su colaboración con Felipe González impulsó a éste en su carrera política y en su definitiva implosion política e institucional  con su incontestable triunfo electoral de octubre de 1982. Es curioso que mientras los grandes colaboradores del nuevo Presidente ocuparon carteras ministeriales -Alfonso Guerra, Javier Solana, Miguel Boyer, Narcís Serra, ...- Txiqui Benegas prefirió seguir trabajando en la sombra y en su tierra. Sin duda desde los trabajos de "fontanería " y negociación el político fallecido tuvo tanta o más influencia que quienes intervenían con relevancia pública y oropel.

Me faltan conocimientos para hablar en profundidad de la trayectoria política de Txiqui Benegas, pero su figura da empaque y sentido a una época de nuestra historia que ahora algunos pretenden denostar, pero en la que, junto a a algún asunto poco acertado, muchos políticos trabajaron con generosidad, tolerancia y afán de conciliación, algo de lo que tal vez habría que aprender ahora. Además, Txiqui Benegas representa también la fuerza y la solidez de las posiciones constitucionalistas en el País Vasco, ese toque tan importante de muchos políticos de allí que supieron mantenerse firmes en épocas en las que como tantos otros hubo de convivir con la barbarie, con el sonido de las balas y las bombas, con el estilo inadmisible del atentado indiscriminado y el tiro en la nuca. Adolfo Suárez, Leopoldo Calvo Sotelo, Txiqui Benegas, ... van pasando a la historia aquéllos que en su día encabezaron siglas que representaban las ilusiones de muchos. Personajes que demuestran que desde la política se puede trabajar con sentido común y sentido de Estado. 

26 de agosto de 2015

El paquete de Nadal


Varios diarios deportivos de hoy -e imagino que en otros de información general también- traían una noticia relativa a la nueva actividad de Rafael Nadal, sin duda el mejor tenista español de todos los tiempos, incluso hay quien cambiaría a la frase el término "tenista" por el de "deportista". A Rafa le han contratado para anunciar una conocida marca de calzoncillos y con tan profundo y productivo motivo ha recorrido el mundo un anuncio con la foto de la zona "baja" del mallorquín luciendo uno de los modelos de slips que difunde y en la que llama la atención lo claro y nítido que se ve el "paquete" del mozo. Tanto que a uno le da apuro pensar que a partir de ahora más que de la volea, el saque o el revés, se va a hablar -sin duda con admiración- de lo bien que se reflejan los atributos del tenista tras el algodón.

La marca de las prendas es famosa y entiendo que de prestigio, con lo que tamaño "lucimiento" le debe de suponer un buen pellizco a ese gran deportista y mejor persona que es Rafael Nadal, pero al menos a mí me produciría cierto reparo tener que lucir algo tan íntimo a nivel mundial, vamos que tendría pudor de dar la vuelta al mundo en paños menores. Que conste que mi post pretende tener más de cariñoso que de reproche, es más no considero que haya que echar nada en cara al muchacho, pero no puedo dejar de recordar el célebre chiste del "cambio de bolas".

25 de agosto de 2015

China se tambalea


Las bolsas del mundo andan con el corazón encogido -y las cotizaciones bajo mínimos- ante la tormenta financiera desatada en la República Popular de China. Y con el terremoto de las bolsas va unida la congoja de los gobiernos occidentales que ven cómo la economía tiene los pies de barro y corre el peligro de que vuelva, y todos detrás de ella, a caminar en la cuerda floja. Y es que si no es por Grecia, lo es por el terrorismo islámico, por los resultados electorales de no se cual país o, como ahora, por el crack de los orientales, pero la cuestión es que en Europa parece que solamente cabe la zozobra.

Evidentemente procederá tomar medidas, unos saldrán pidiendo calma, otros buscando culpables, alguno aprovechara para ejercer de "gurú" y presentarse como el "salvapatrias" esperado, aunque a la hora de la verdad intuyo que lo único que hay es incertidumbre y temores. Empiezo a sospechar que lo más inteligente será seguir viviendo tu vida, procurando cumplir lo que corresponde e intentar hacer el bien sin mirar a quien. Lo que sea, ... sonará, aunque tendamos a sospechar que no sonará muy bien.

17 de agosto de 2015

Aduriz: el regreso del ariete clásico


El primer fútbol que conocí arrastraba muchas menos complicaciones que el actual; eran los tiempos del viejo Atocha, del Pontevedra del "hay que roelo" en el que su lateral zurdo Cholo era el capitán del equipo los domingos y trabajaba de conductor de autobús el resto de la semana, del Elche de la delantera del "Clero" _Cardona Lezcano, Eulogio Martínez,  Romero y Oviedo-, del marcador simultáneo "Dardo", el "Anís Castellana" y los horarios unificados. Los entrenadores preparaban planteamientos sencillos: no se había inventado ni el media punta ni los carrileros y de central jugaba solamente un defensa -generalmente fornido-, nada de uno a la derecha y otro a la izquierda; y así los atacantes rivales se enfrentaban con personajes que en el campo se mostraban fieros e implacables, como el españolista Mingorance, el merengue De Felipe o el donostiarra Martínez, entre muchos otros.

Y en la delantera todo equipo con aspiraciones tenía su ariete, su jugador de envergadura y fuerza que iba bien de cabeza y siempre "estaba allí". Eran años de "nueves" inolvidables, como Marcelino, Ansola, Arieta, Mendonça o Guillot, todos ellos futbolistas sin excesiva técnica pero que sabían fajarse con los defensas, abrir huecos a otros jugadores y tener pendientes a los centrales de turno los 90 minutos del encuentro. En el resto del mundo también existían delanteros centro de postín, como el alemán Uwe Seeler, el inglés Geoff Hurst, el sueco Ove Kindvall o el argentino Omar Sívori. Estos futbolistas tuvieron sucesores -Santillana, Gerd Muller, Paolo Rossi, ...- pero conforme se iba ampliando la composición de defensa y medio campo, los cerebros de este viejo deporte parecieron preferir para el ataque la habilidad a la fuerza, la polivalencia a la especialización.

No diré que el ariete clásico sea una especie a extinguir, pero aunque sigue habiendo delanteros con voracidad goleadora, "falsos 9" que hacen daño con su movilidad y futbolistas con habilidad ratonil que amargan la tarde a cualquier defensa que se precie, tengo la impresión de que se valora menos al delantero centro de siempre, a ese jugador que aparece como punta de lanza de la vanguardia de un equipo y tantas veces termina siendo clave de los éxitos, no solamente por su capacidad de golear, sino también por un oscuro trabajo que redunda en beneficio del equipo: obliga a los defensas a estar pendientes de él, los fija, abre huecos para sus compañeros, desubica el orden defensivo del rival en las jugadas de estrategia y se pelea con cualquiera.

Por esta razón, me alegra mucho la explosión de Aritz Aduriz, el ariete titular del Athletic de Bilbao que ha encontrado definitivamente su hueco en la historia con el "hat-trick" que ha puesto al Barça en situación de tragarse tanto farol de sus voceros, que se han pasado el verano dando la murga con el "sextete". Aduriz tiene ya sus años -en febrero cumplirá 35- y leyendo su currículum  puede comprobarse cómo su carrera no ha sido fácil, habiéndo sido desechado por los de San Mamés en dos ocasiones, debiendo defender su prestigio en equipos nada sencillos para un delantero como Burgos, Valladolid y Mallorca, vivir a la sombra de futbolistas más glamurosos que él como Urzaiz, Joseba Etxeberría, Soldado o Fernando Llorente, con el peligro de terminar su carrera en las catacumbas de las divisiones inferiores.

A este mozo de San Sebastián el éxito le ha llegado a última hora. En el "Bocho", donde si de algo entienden es de fútbol, ya nadie le discute su jerarquía en el ataque de los leones, no existe quien ponga en cuestión ni su edad ni sus cualidades, porque Aduriz se ha ganado el respeto a base de esfuerzo, de ejercer de lo que sabe, de ariete clásico. En su puesto ha marcado  goles de todas las facturas, algunos de ellos preciosos, bastantes -como no podía ser de otra manera- con la cabeza, esa parte del cuerpo que los arietes de siempre tienen, además de para pensar, para culminar el trabajo de sus compañeros.

Larga vida y toda la gloria para Aduriz, y que tras él sigan apareciendo los delanteros centros de antaño, que falta hace.

15 de agosto de 2015

Muros que dan miedo


Las redes sociales deben de ser un descubrimiento estupendo, no puedo discutir que su aparición y vigencia suponen un avance notable en el mundo de la información, en la creación de opinión pública, en el sano ejercicio del acceso del ciudadano a la participación pública. Ahora bien, con el paso del tiempo -y con el uso- he llegado a la conclusión de que tienen mucho peligro, que existen personas que han dejado que estas redes protagonicen sus vidas y hasta las convierten en arma con la que hacer "pupa" al resto del personal.

Hace ya años que funciono por Facebook, y he de confesar que el hecho de ser lugar donde encontrarme con personas que por tiempo y distancias no puedo tratar en otro sitio, así como la posibilidad que me ofrece de compartir algún escrito, idea o pensamiento, han evitado que por ahora consume la decisión de abandonar el medio. Ya en su momento opté por no admitir a quien no conozco -en alguna ocasión a quien conozco demasiado- y por cortar con quien invadía mi muro con actitudes o comentarios que me parecían agresivos y molestos así como con quienes emplean su muro  como insistente, y tantas veces agobiante, plataforma o catapulta de defensa de sus posturas personales, sean las que sean, incluso cuando las comparto.

Pero como uno es curioso por naturaleza, he realizado ocasionales y breves recorridos por diversos muros del Facebook, tarea de la que he salido ciertamente asustado, fundamentalmente tras comprobar cómo se ha producido una especie de florecimiento de odios, enconos y revanchismos que hace años parecían enterrados. Leyendo algunos comentarios, afirmaciones o reflexiones he tenido la sensación de que conceptos como respeto, tolerancia, pluralismo, mesura, ... han sido suprimidos del diccionario de bastantes, y que hay personal que necesita escupir al contrario -al que siente como tal- para reafirmarse no se si en sus posturas o en sus propias inseguridades. Por no hablar de dogmatismos, campañas, visceralidades, insultos, intransigencias y demás.

A lo mejor ando susceptible, pero cada día tengo más claro que vivimos tiempos complejos ... vamos a llamarlos así.

12 de agosto de 2015

El hombre que nos hablaba de basket


El 23 de agosto de 1984 fallecía en Nueva York Héctor Quiroga, el locutor deportivo de TVE, especialista en Balon-cesto, que sin duda marcó una época en aquellos años en los que transmitir un evento deportivo no era nada fácil. Quiroga puede decirse que murió con las botas puestas, pues acababa de comentar para toda España los encuentros de basket de la Olimpiada de Los Ángeles, cuando nuestra selección, al mando de Antonio Díaz Miguel y con jugadores inolvidables como Corbalán, Solozábal, Epi, Andres Jiménez, Fernando Martín, Fernando Romay, López Iturriaga, de la Cruz, ... , consiguió la medalla de plata y solamente fue superada por la imparable selección USA, en la que ya brillaban Michael Jordan, Pat Ewing y alguno más a las órdenes del inolvidable Bobby Knight. Héctor Quiroga era el indiscutible periodista del baloncesto de Televisión Española, donde trabajaba desde los años 70, con esas retransmisiones en las que nos hablaba de las hazañas del Real Madrid de Pedro Ferrandiz y Lolo Sainz, con jugadores míticos como Emiliano, Luyck, Brabender, los hermanos Ramos, Carmelo Cabrera, Rullán, ... cuando se peleaba cada año con los cocos del TSKA de Moscú, donde jugaba un tal Andreev que medía 2,15 y los dificilísimos italianos del Ignis -luego Mobil-Girgi- de Varesse, dirigidos por un sabio Aldo Ossola y con Dino Meneghin y el mejicano raga como estrellas. Quiroga era un hombre tranquilo, con más sabiduría deportiva que pasión, con una ciencia especial para transmitir un deporte tan activo como el balón-cesto sin dejar "in albis" al espectador ni agobiarlo con datos y verborrea, con ese equilibrio que solamente transmiten los mejores.

Eran tiempos de pluriempleo, y a Quiroga le tocó también intervenir en las rettransmisiones de muchos de los grandes combates de boxeo de aquellos años; así estuvo presente en los combates con los que José Legrá se proclamó campeón mundial de los pesos Pluma ante Howard Winstone y Clemente Sánchez, en los recordados enfrentamientos entre Pedro Carrasco y Mando Ramos y en los éxitos de púgiles como José Duran, Miguel Velázquez y Perico Fernández.

Héctor Quiroga murió joven, con 51 años, víctima de un cáncer contra el que lucho durante años; los telespectadores vimos como su aspecto iba perdiendo vida, como de la noche a la mañana su cara reflejaba las macas de la cruel enfermedad que supo llevar con fortaleza y ganas de vivir. Como queda dicho, estuvo al pie del cañón hasta el final y falleció tras disfrutar contándonos la mayor hazaña del baloncesto español hasta ese momento.

La facilidad de acceder a la información de internet me ha permitido descubrir facetas desconocidas de Héctor Quiroga; había nacido en La Coruña, pero su madre fue una conocida actriz argentina, Nélida Quiroga, una mujer con una personalidad llamativa que aparecía con muchísima frecuencia en los programas de teatro que por aquella época menudeaban en nuestra Televisión. Incluso el propio Héctor Quiroga hizo sus pinitos como actor, apareciendo en el reparto de la conocida serie "Diego de Acevedo", dirigida por Ricardo Blasco mediados los 60 y que encumbró al llorado Paco Valladares, incluso hay quien le vio en episodio de las "Historias para no dormir" de Chicho Ibáñez Serrador basado en el relato "El cuervo", de Edgar Allan Poe y en el reparto de su exitoso "¿Es usted el asesino?". También aparece el locutor en los repartos de alguna película, generalmente westerns de fabricación casera como "Joaquín Murrieta" (1965), dirigida por George Sherman y protagonizada por Jeffrey Hunter, Arthur Kennedy, Diana Lorys, Sara Lezana, Roberto Camardiel, Pedro Osinaga, ..., "Lucky, el intrépido" (1967), de Jesús Franco y "Comanche blanco" (1968), dirigido por José Briz Méndez y junto a Joseph Cotten, Perla Cristal, Rosssana Yani y Luis Prendes.


11 de agosto de 2015

En pleno San Lorenzo


Con estas ya son 14 las fiestas laurentinas en las que participo en vivo y en directo; desde el primer día, en el ya lejano 2002, quedé sorprendido de la intensidad con la que se viven estos días por parte de los oscenses y de todos aquellos que deciden pasarse por la capital del Altoaragón para participar, total o parcialmente, de tantos actos y celebraciones que tienen lugar en ella. Desde el chupinazo a la ofrenda de flores y frutos del día 15, no hay momento para el aburrimiento, nadie puede quejarse de tener que permanecer pasivo o sin nada que hacer. Las calles oscenses se llenan de vida y cabe afirmar que todos participan de la fiesta de una manera y otra.

Siempre he observado las  de San Lorenzo como unas fiestas eminentemente populares, unos días en los que los protagonistas son los ciudadanos, de manera que sin ellos no tendrían sentido, razón de ser ni vida propia. Son catorce años -¡casi década y media!- comprobando que en Huesca las fiestas patronales no son excluyentes,elitistas ni poco participativas. Es sin duda el pueblo de Huesca, en ese sentido extensivo que acredita el que los de fuera se sientan acogidos, el que vibra con el chupinazo, se emociona con los Danzantes, da sentido a la procesión del día 10, que sin los ciudadanos que abarrotan las aceras carecería de razón de ser, ofrece color y hasta algún exceso en los tendidos de sol de la Plaza de Toros con unas corridas que la gente vive desde horas antes hasta horas después. Son los ciudadanos los que despliegan el verde de la albahaca y el blanco de la fiesta por toda la ciudad, quienes pasean con sus familias y se sientan en las terrazas donde es a veces tan difícil encontrar hueco; es la gente la que se aprovecha de lo que se ofrece desde el recinto ferial, quienes consiguen que crezcan y se desarrollen las peñas, quienes en definitiva protagonizan ese contrato virtual entre organización y destinatarios como una parte imprescindible del mismo.

En los inicios de estos días escuché decir que las fiestas deberían ser para el pueblo, algo que comparto, aunque me llame la atención que se afirme como si fuera una especie de descubrimiento, como si fuera necesario cambiarlas, cuando sólo cabe hablar de mejorarlas, porque en esta vida siempre caben mejorías, como si la vida comenzara hoy, cuando de fiestas y de vitalidad ciudadana los de Huesca llevan décadas dándonos ejemplo al resto.

6 de agosto de 2015

Gente especial


De vez en cuando te tropiezas con personas que tienen algo especial; no digo que sean mejores ni peores, simplemente que transmiten una sensibilidad, una forma de tratar a las personas, un talante que les hace distintos, a la vez que especialmente atractivos. Cuando uno les conoce siente la necesidad de relacionarse con ellos, de ser su amigo, de tenerles cerca.

¿Dónde está la clave?, a lo mejor es que son cercanos, que son especialmente sensibles, que poseen una mirada sincera que mueve a la confianza, una sonrisa abierta que les convierte en gratos ... o simplemente que junto a ellos uno siente paz. Vete a saber donde radica el encanto, incluso puede tener algo de subjetivo; de cualquier manera son como alguien que te envía Dios como aliciente, como incentivo, como consuelo ... el mismo Dios que sin duda les ha regalado un don especial.

P.D. Dedicado a alguien especial

4 de agosto de 2015

La tormenta desde el sillón


La tormenta suele ser invitado usual en los veranos; en tiempos de calores,  sol radiante y luces naturales,  el cielo se carga de repente y explotan los reflejos y sonidos salvajes de relámpagos, rayos y truenos, mientras el agua cae desaforada, implacable y no pocas veces larga y constante, incluso con la temida y ruidosa compañía del granizo. Son tormentas que limpian el ambiente, que nos traen el necesario efecto refrescante que tanto se agradece cuando ya no sabes como escapar del agobio incesante del calor. En ocasiones la naturaleza se desboca y  la tormenta conlleva efectos indeseables, situaciones que provocan dolor en quien las sufre y deberían movernos al resto a la solidaridad.

Estamos en un verano en el que han proliferado las tormentas, algunas francamente sonoras y contundentes, de las que impresionan. No deja de tener su encanto vivirlas desde el sillón, cómodamente sentado con un libro en la mano o leyendo el periódico, incluso entre las sábanas si aparece por la noche. Y tras el aviso luminoso del relámpago, viene el estremecimiento del trueno que explota salvajemente, mientras asumes un papel entre expectante, temeroso y sereno, porque eres consciente de la fuerza tantas veces imparable de la naturaleza, aunque también te sientes protegido, a buen recaudo. 

Contemplar la tormenta desde la tranquilidad de un sillón, desde la cobertura del propio hogar no deja de ser como ver los toros desde la barrera, aunque al igual que éstos también a distancia permiten disfrutar del encanto propio del evento, observar la belleza y la fuerza que tiene este fenómeno de la naturaleza. Y al fin y al cabo, siempre escampa ... y tras la tempestad viene la calma.

1 de agosto de 2015

Adiós a Saza


El pasado 23 de julio falleció en Madrid el actor José Sazatornil, próximo a cumplir 90 años y de quien hace un par de años nos contaba la prensa que había perdido la memoria, esa capacidad sin la que se esfuma nuestro contacto con el mundo. El popular "Saza" había nacido en Barcelona y en mi caso su recuerdo va unido a un viaje en Talgo en el que fui su vecino de asiento a finales del año 1999; se trataba del Talgo que iba de Port Bou a Madrid y al que yo subí en Tarragona. El hombre iba acompañado de su mujer y pude ver su lado más humano cuando comenzó a soltar alguna lagrimilla por causa de la emotiva película que ponían en el vagón, la inolvidable "La vida es bella" de Roberto Benini; tanto la calidad como el argumento del film justificaba la debilidad de Saza, algo que ya reflejé hace unos años en un post:

 http://modestino.blogspot.com.es/2013/07/un-famoso-mojando-la-pestana-en-el-talgo.html.

La otra imagen que me viene inevitablemente a la cabeza cuando veo su foto, con el característico "bigotillo" y su frente ampliamente despejada, es la del personaje de Jaume Canivell, el fabricante catalán de porteros eléctrónicos "quintaesenciado" por Berlanga en "La escopeta nacional", que viaja con su secretaria y amante -una creíble Mónica Randall- a una cacería en una finca madrileña para conseguir colocar su producto entre la alta sociedad madrileña y los políticos de la época: falangistas, tecnócratas y demás. Un film en el que Saza encabeza un reparto compuesto por lo más granado en actores de la época, todos ya desaparecidos: José Luis López Vázquez, Amparo Soler Leal, Luis Escobar, Agustín González, Antonio Ferrandis, Laly Soldevilla, Rafael Alonso,  ... Dudo mucho que hubiera en el panorama nacional -¡y europeo!- un actor más adecuado para encarnar la sufrida figura de Jaume Canivell: " ya lo decía mi padre, ... los viajantes ...".

En el cine destacaron también sus trabajos con Luis García Berlanga en "El verdugo" (1963) y "Todos a la cárcel" (1993); con José Luis Cuerda en "Amanece que no es poco" (1989) y en "La Colmena" (1982). de Mario Camus. No sería justo olvidarse de sus buenos trabajos como actor de reparto en esas comedias españolas tan características de los años 70: "La ciudad no es para mí" (1966), de Pedro Lazaga, "Las que tienen que servir" (1967), de José María Forqué, "Solos los dos" (1968), de Luis Lucia y junto a Marisol y Palomo Linares, "Carola de día, Carola de noche" (1969), de Jaime de Armiñán, "El astronauta" (1970), de Javier Aguirre, "A mí las mujeres ni fu ni fa (1971), de Mariano Ozores y "Me has hecho perder el juicio" (1973), de Juan de Orduña, entre muchas otras. No obstante, el momento cumbre de José Sazatornil llegó cuando en 1988 recibió el Goya al mejor actor de reparto por su papel en "Espérame en el cielo", de Antonio Mercero, cinta en la que encarna a un hilarante "jefe de propaganda nacional" del franquismo que dirige un comando que secuestra a un especialista en ortopedia para ejercer de doble de Franco.

Aun con la etiqueta de actor más bien cómico, Sazatornil era un actor serio y concienzudo; en una entrevista que le hicieron en los años 90 reconocía que debía estudiarse a fondo los papeles que le encomendaban, pues no tenía la buena memoria de otros compañeros. En el obituario de "El País" se recordaba esta afirmación y aquella en la que admitía que nunca había tenido problemas con los directores porque era un actor "obediente, serio y disciplinado". Descanse en paz.