26 de mayo de 2015

Breves consideraciones tras terminar la liga


No pretende ser éste un análisis exhaustivo, ni siquiera un balance general de la Liga recién concluida en 1ª División. Tan solo pretendo poner por escrito tres consideraciones que me han venido repentinamente a la cabeza y que tienen como protagonistas a personajes con nombre y apellidos. Evidentemente, se podría hablar de muchas cosa: la buena campaña del Valencia, el ligero descenso en brillantez y eficacia del Atlético de Simeone, la revelación que terminó en drama del Eibar, el polémico desenlace de la última jornada en zona de descenso, ... pero no tengo ni tiempo ni calma para hacerlo.

El fin de la competición ha traído el adiós a la Liga y al fútbol de élite de Xavi Hernández, posiblemente el mejor jugador español del último cuarto de siglo, en mi opinión la pieza más importante en el Mundial y las dos Eurocopas conseguidas por España y una de las claves en los reiterados éxitos del Barça de Guardiola y sucesores. Si hablamos de Xavi, no lo hacemos de un muy buen futbolista, sino de uno de esos fenómenos que solamente aparecen de vez en cuando. Es sorprendente y triste que el jugador de Tarrasa no haya recibido nunca el Balón de Oro de la Fifa, un galardón que sin duda merecía y que han recibido jugadores con menos atributos -en mi subjetiva opinión, por supuesto- como Nevded, Michael Owen o Cannavaro. Xavi entra en la leyenda del Barça y del fútbol español con el mismo merecimiento que nombres tan ilustres como Kubala, Luis Suárez, Cruyff , Schuster o Maradona, aunque con bastantes más títulos que ellos en la mochila.

El fútbol da muchas vueltas, y cuando Ancelotti era aclamado tras conseguir la 10ª Liga de Campeones para el Real Madrid, nadie podía pensar que un año después tendría que salir de la "Casa Blanca" por la gatera; un año sin ganar título alguno es un bagaje tremendo hasta para quien puede poner sobre la mesa un trofeo tan apreciado por los "merengues". Evidentemente, el italiano no ha acertado con sus planteamientos, algunos madridistas de pro que conozco le achacan su fijación con el 4-3-3 y su poco acierto con los cambios a lo largo de los partidos. Ignoro el acierto de este diagnóstico, aunque me gustaría saber las razones del bajo rendimiento de Garteh Bale, el porqué desapareció Cristiano Ronaldo tras recibir su "Balón de Oro", las causas de la irregularidad de hombres como Marcelo y Benzemá, porqué Kross, rindiendo razonablemente, no ha marcado las diferencias que se presumían tras verle ganar el Mundial con Alemania y qué le vio Carlo a Sergio Ramos para colocarle de volante en partidos decisivos. En cualquier caso, Carlo Ancelotti me ha parecido un caballero y un entrenador educado, lo que no es poco si observamos alrededores y antecedentes.

Finalmente quiero reflejar mi preocupación por la deriva a la que se dirige el fútbol; me llaman la atención los problemas judiciales del Barça derivados del caso Neymar e indirectamente los de Messi con Hacienda, los manejos que se intuyen por parte del presidente del Madrid, que ya no se sabe si dirige un club deportivo o una empresa multinacional, las inversiones que cada año hacen equipos que se decía que estaban en la ruina como Atlético de Madrid y Valencia, los líos continuos con motivo del dinero de las televisiones, ... este fútbol no es el que conocí, y me gusta bastante menos ... No se si al final va a tener razón un amigo del Nastic de Tarragona que el domingo pasado, entre copas de vino y ternasco aragonés, me pronosticaba la desaparición del fútbol profesional en un plazo de tres años.




25 de mayo de 2015

Los complementos del fútbol


La afición al fútbol tiene bastante de obsesión, algo de fanatismo -no siempre-, sus toques de absurdo y provoca generalmente más ratos de enfado y decepción que de alegrías. Pero también da lugar a momentos f¡gratos, a reencuentros, ejercicio de la amistad y  ocasiones de compartir , con o sin acompañamientos gastronómicos y/o espirituosos. Hay muchos que no entienden -y hasta ponen en solfa- los usos, manías, supersticiones y demás de los fanáticos de este deporte, aunque tal vez no sean conscientes que la afición al fútbol trae consigo experiencias y actividades complementarias de lo más apetecibles ... aunque no digo aquéllo de que "ellos se lo pierden", pues también los indiferentes al fútbol encuentran por otros caminos sus vías de escape.

Las casualidades de la vida han querido que se enfrentaran en duelo por el ascenso a la Liga Adelante los equipos representativos de las dos ciudades que han protagonizado los últimos 35 años de mi vida, el Huesca y el Nastic de Tarragona. Con tal motivo se desplazaron ayer a la capital oscense un buen número de ciudadanos de Tarraco, entre ellos varios amigos míos con quienes disfruté una previa excelente comida en el restaurante "Lillas Pastia" ubicado en la Plaza de Navarra. Fue un ocasión excelente par encontrarme con gente a la que hacía muchos años que no veía, compartir con ellos, además de mesa y mantel, recuerdos, vivencias y sentimientos y para ejercitar esa costumbre de remover sentimientos y recalentar nostalgias que tan bien viene cuando se utiliza oportunamente.

El partido posterior terminó con empate sin goles, y vete a saber como concluirá la cosa y quien se llevará el gato al agua; el ganador de la eliminatoria ascenderá inmediatamente, mientras quien caiga derrotado tendrá una segunda oportunidad en la fase de repesca. En cualquier  caso mis amigos de Tarragona, los que vinieron y los que se quedaron en casa, saben que en mi corazón no están en segunda, sino en primera división ... en la "Champions" diría yo.

21 de mayo de 2015

Memoria parcial y aleatoria del Festival de Eurovisión


Uno de los certámenes musicales que han sobrevivido en el tiempo es el Festival de Eurovisión. Hace muchos años que no lo veo e intuyo que ha perdido la trascendencia e interés que tuvo en en las primeras décadas de la segunda mitad del siglo pasado. Si desato la memoria, la última vez que recuerdo haberme "tragado" entero el certamen fue en la desangelada sala de televisión del Parque de Artillería de Valencia .... y de mi servicio militar han pasado ya 34 largos -aunque rapidísimos- años.

Mis primeros recuerdos del Festival se remontan a los tiempos en que nos representaba Raphael -"Yo soy aquél", "Hablemos del amor", ...- que allá por 1966 era lo más brillante que teníamos en España en lo  que entonces se llamaba canción ligera. El cantante de Martos elevaba las prestaciones que años anteriores habían ofrecido Conchita Bautista, José Guardiola, Los TNT y alguno más, aunque nunca superó posiciones discretas. El primer festival del que guardo memoria fue el celebrado en Viena en 1967, donde triunfó una inglesa que cantaba descalza y se llamaba Sandie Shaw con una canción que dio la vuelta al mundo y en España se tradujo como "Marionetas en la cuerda".

Un año después, en Londres, Massiel daba la campanada y se imponía con "La,la, la", un tema compuesto por el Dúo Dinámico y al que renunció por querer interpretarlo en catalán Joan Manuel Serrat. El triunfo  de la cantante madrileña supuso en esa España del desarrollo y la televisión pública exclusiva un éxito que se transcendentalizó casi tanto como la llegada del hombre a la Luna o la coronación del Everest. Efecto colateral del premio fue la celebración del Festival en España en 1969: el evento tuvo lugar en el Teatro Real de Madrid y dio protagonismo a nombres ilustres del momento como Arthur Kaps, Laura Valenzuela y, por supuesto, la cantante valenciana Salomé, que con un tema denominado "Vivo cantando" volvió a ganar, esta vez compartiendo trofeo con una francesa llamada Fridda Boccara, quien interpretó una deliciosa balada que, como era frecuente en los paises de habla francesa, hablaba de niños, pájaros, parques, árboles, ..., la holandesa Lenny Kurr, cantando "The trovadour" mientras gastaba la guitarra española y la inglesa Lulu, con vestido y peinado que competían en cursilería e interpretó un tema pegadizo titulado "Boom bang a bang".

Desde entonces ha llovido bastante. Tras Salomé otros cantantes representaron a España: Julio Iglesias, con "Gwendolyne", en torno a la cual se contaron cuentos increíbles, Karina y Mocedades, que quedaron segundos, en el caso de los bilbaínos habiendo merecido el triunfo, Jaime Morey, un cantante de lo más relamido, Peret, que con dos gitanas llamadas la "Chelo" y la "Payoya" cantó en todos los sentidos , contrastando con la explosión de calidad y modernidad del grupo Abba y su "Waterloo", Micky, Braulio,  ... y Betty Missiego que llegó en cabeza a la última votación, que correspondía al jurado español, que en tan elegante como quijotesca decisión dio los votos al ganador, los israelitas Gali Atari & Milk & Honey con su "Hallelujah". De la década de los 80 vienen a mi cabeza los nombres de Remedios Amaya -0 votos con "¿Quien maneja mi barca?"-, Bravo, todo un descubrimiento su "Lady, lady" y Paloma San Basilio, que interpretó "La fiesta terminó" y mereció mejor suerte.

A vuela pluma vienen a mi cabeza dos elegantísimas y guapísimas cantantes que dieron el triunfo a Luxemburgo en 1972 y 1973: Vicky Leandros -"Apres toi"- y Anne Marie David -"Tu te reconnaîtras"-. Me gustó mucho un bellísimo tema de amor del representante belga en 1978, Jean Vallée, titulado "L'amour ça fait chanter la vie". Fue emotivo el éxito de Irlanda en 1970 con una adolescente llamada Dana -"All kinds of everthing" y en 1980 con Johnny Logan -"What's Another Year?"-, quien por cierto repetiría triunfo siete años después. Posiblemente uno de los "grandes momentos"  del Festival fue el ya referido triunfo de Abba. Llamativa la escultural alemana Katja Ebstein, tercera clasificada en 1970 y 1971 -"Wunder gibt es immer wiede" y "Diese Welt" Y por supuesto el nivel de los representantes de Italia, a pesar de que no solían obtener grandes resultados: Doménico Modugno, Iva Zannichi, Massimo Ranieri, Gianni Morandii, Nicola di Bari, Al Bano y Romina Power, Sergio Endrigo. ...

Evidentemente eran otros tiempos, otros gustos, otra música.

18 de mayo de 2015

Bendita infancia¡¡¡


Hay fines de semana que, sin hacer nada del otro mundo quedan en la memoria como recuerdos muy gratos. A lo mejor las buenas sensaciones del domingo por la tarde, ... y hasta de este lunes tan lunes, tienen su razón última en el buen punto que sacó el Real Zaragoza en Girona, pero prefiero pensar que si he conseguido templar el alma, oxigenarme interiormente  la causa principal se ubica en las bondades de la amistad y el ejemplo de los infantes.

El viernes por la tarde llegaron a Huesca unos amigos míos acompañados de su hija de 4 años; hasta su marcha en la mañana del domingo no hicimos nada especial, ninguna actividad relevante, pero bastó la compañía, la conversación y esa complicidad intrínseca a la amistad para pasar dos días estupendos. Pero sobre todo lo que iluminó la visita fue esa niña simpática, espontánea y lista, que nos enseñó que lo importante en esta vida es tener la inteligencia descubrir la magia y el valor de las cosas más sencillas. A ella le bastó conocer a una amiguita llamada Carla, a la que posiblemente no verá nunca más, algún chupa-chups gratuito, un par de columpios, un tobogán, una casita de Blancanieves y un parque para entender un fin de semana en Huesca como una aventura inolvidable ... ah, y por supuesto, estampar cuatro sellos de tinta en un despacho y mostrar el "orgullo de tener un hotel propio", ... a veces no nos damos cuenta que la felicidad no está allí donde nos lo quieren vender.

La mañana del domingo asistí a una primera comunión; el evento me trajo a la memoria mi primera comunión, de la que precisamente se habían cumplido 50 años el sábado, un acontecimiento que recuerdo al milímetro, y que me llena de sentimientos encontrados, entre otras cosas porque de quienes ahí estaban quedan bastante pocos en pie. La ceremonia fue larga, estuve de pie y hacía calor, pero dio igual, muy por encima de estas circunstancias brilló la ilusión y la sonrisa de unos niños en su día señalado. Mi conclusión es la misma, no debería ser tan difícil funcionar sin más meta que aprovechar lo que la vida te ofrece e intentar ser buena gente.




15 de mayo de 2015

Algún que otro fatuo


En ocasiones te encuentras con quienes hablan como si ejercieran una especie de supremacía intelectual sobre el resto de los mortales. Al parecer tienen plena confianza en su criterio, su formación intelectual, su capacidad de discernimiento, ... y así defienden posturas, opiniones e interpretaciones de la historia con aires de infalibilidad, mirándote de arriba hacia abajo y absolutamente seguros de la incapacidad del contertulio de rebatir nada. No tengo ni idea de como se llega a semejante "poderío", no se si es de nacimiento, se adquiere en casa o existen en algún sitio quienes  preparan al personal para enfrentarse a la vida con humos, pretensiones y aires de grandeza.

A mí este tipo de personajes me han "acogotado" bastante, incluso hubo tiempos en que alimenté cierto complejo, posiblemente porque me faltó en su día quien me enseñara a ejercitar y encauzar un sano espíritu crítico, pero con el paso de los años he ido aprendiendo a desmitificar, incluso he comprobado que también estos "pitagorines" tienen a veces los pies de barro. Y no es que piense que no existen personas con más sabiduría, más experiencia y más fiabilidad de criterio que el resto, porque los hay, lo que pasa es que éstos no tienden a exihibirse por ahí, no se jactan de nada y, en definitiva, poseen esa humildad que es un valor incluso superior a los otros.

12 de mayo de 2015

Buscando a Panoramix


En la aldea gala de Asterix, aquél lugar recóndito que al cabo de los años mantiene su aguerrida y exclusiva resistencia a las tropas romanas, uno de los habitantes más significados era Panoramix, aquél anciano de barba blanca y mirada pícara que ejercía las funciones de druida, aunque a la hora de la verdad, además de efectivo elaborador de la célebre poción mágica, se intuía también el papel de consejero, maestro de maestros, asesor experimentado, ... La imagen me parece adecuada: la inteligencia y la habilidad se perfeccionan cuando a ellas se suman la sabiduría y la experiencia que ofrecen las canas y el paso de los años. ¿Qué hubiera sido de Alejandro Magno sin Aristóteles, de Julián Marías sin Ortega y Gasset, ... del rey Arturo sin el mago Merlín?.

En los tiempos que corren parece que cumplir años es una desgracia, que hay que aparcar al personal cada vez más pronto, que pasados los 50 hse debe empezar a pensar en las circunstancias de la jubilación; y se nos llenan las atalayas de jovenzanos y jovenzanas con aspecto de saberlo todo, de estar "sobradamente preparados", de pensar que el resto del mundo tenemos la enorme suerte de seguir vivos en tiempos tan importantes cen los que por fin han llegado a la línea de salida quienes nos van a solucionar todos nuestros problemas, a librarnos de tanta cadena, los poseedores de la piedra filosofal, los Mesías del nuevo siglo.

A pesar de todo, pienso que no es bueno silenciar la voz a quienes ya han vivido mucho, prescindir de la experiencia y la madurez de los viejos, olvidarse de quien nos puede ayudar a dar el punto adecuado a las nuevas ideas, a los adelantos tecnológicos, a los tiempos modernos, ... En ocasiones parece que los jubilados sólo sirven para comprar el pan y acompañar los nietos al colegio ... y no nos damos cuenta de que tal vez nos pueden ayudar, entre otras cosas, a asimilar ese sentido común que en ocasiones escasea. 

10 de mayo de 2015

Veinte años de un sueño


Hoy se cumplen veinte años de la gran victoria conseguida por el Real Zaragoza frente al Arsenal en la Final de la Recopa jugada el 10 de mayo de 1995 en el Parque de los Príncipes de París; veinte años del día en el que los zaragocistas alcanzamos -futbolísticamente, que no se asusten los "trascendentes"- la felicidad completa: creo que en el mismo momento en que Nayim firmó la volea más maravillosa de la historia del fútbol fui plenamente consciente de que no volvería a ser testigo de una hazaña semejante con el equipo de mis amores como protagonista. Desde entonces el Real Zaragoza ha conseguido ganar tres títulos oficiales más, pero ya nada ha llegado a equipararse a aquello que sentí esa noche mágica cuando materialmente me abracé al televisor que mostraba que por una vez la película que protagonizaba el Real Zaragoza tenía happy end.

Han pasado 20 años y el Zaragoza se encuentra anclado en segunda división tras casi una década de desastres, fracasos, ruina y chapuzas; pero a pesar de todo, esa Recopa sigue viva en el recuerdo de tantos zaragocistas a quienes cada vez que observamos imágenes de esa final, de los dos goles blanquillos, las eliminatorias anteriores, la celebración en la Basílica del Pilar y el Ayuntamiento, ... se nos sigue poniendo la piel de gallina y se nos reproducen tantas emociones. No es vivir del recuerdo, porque el pasado sigue estando alli y, sobre todo, es historia real; el gol de Nayim y lo que trajo consigo permanece vivo y es patrimonio común del zaragocismo.

Pienso disfrutar el día, tal vez nos venga bien aparcar el derrotismo y la amargura de los tiempos presentes, abandonar esa especie de mala uva que, aunque se sustente en razones tristemente objetivas, corre el peligro de volvernos jacobinos y, tal vez, injustos. Son tiempos de paciencia y apoyo y el domingo amanece con la luz de la gloria pasada.


6 de mayo de 2015

Naufragio a la italiana


Ayer estuve viendo el partido que jugó el Real Madrid en Turín frente a la Juventus, la inolvidable "Vecchia Signora". El fútbol italiano ha tenido siempre muchos enemigos, el famoso "catenaccio", lo amarrones que tienden a ser los entrenadores de  allí, la fama de duros de los futbolistas transalpinos, ... han dado lugar a una mala fama que no se si es demasiado justa. A pesar de todo ello, siempre he sentido debilidad por el "Calcio", y he disfrutado con la Juve desde los tiempos de Altafini, Haller, Scirea y Béttega,  siguiendo con  Baggio, Vialli, Del Piero, Zidane, ... hasta ayer mismo, cuando casi se me pone la piel de gallina cada vez que la cámara enfocaba a Gianluigi Buffon y a Andrea Pirlo, dos futbolistas que llevan toda su carrera sentando cátedra. Y podría seguir hablando del Milan de Sacchi, Baresi, Mancini y los tres holandeses -sin olvidar al de Gianni Rivera-. el Inter de Facchetti, Luis Suárez y Mazzola o la Roma de Falcao.

Los blanquinegros de Turín ya no son lo que eran, pero ayer se mostraron muy superiores a un Real Madrid cuyo juego, actitud y torpezas hubieran puesto colorado a Di Estéfano, Amancio, Santillana o Zamorano. A la prestancia y saber estar de los citados Buffon y Pirlo se añadió la firmeza de Chielini y Barzagli, una especie de viejos y fieros soldados romanos que nunca fallan, el trabajo de Marchisio, el aprovechamiento de los valores de un Álvaro Morata al que aquí se le negó el pan y la sal, la velocidad de Tévez y el talento de un Arturo Vidal que está ya en la élite de los futbolistas del mundo. Frente a ellos solo pudimos ver a un Sergio Ramos al que Ancelotti le ha hecho una auténtica faena sacándole de su sitio, un Marcelo tan frívolo como caótico, un Cristiano Ronaldo semi-desaparecido, un Bale que no es ni sombra del que deslumbró el pasado año y una actitud general de falta de compromiso y frialdad impropias de una semifinal de Champions.

No se que pasará la semana que viene en el Bernabeu; los merengues tienen calidad pero ya no son aquellos legendarios esforzados del "miedo escénico", y aunque la Juventus no sea en estos momentos el "coco" que fue, no deja de ser un equipo italiano, lo que equivale a carácter competitivo, lucha hasta el final, dominio de todo tipo de argucias y eficacia probada.

Si D. Santiago levantara la cabeza.

5 de mayo de 2015

Adiós a un periodista carismático


Ayer falleció Jesús Hermida; un accidente cardio-vascular puso fin a la vida de este famoso periodista a los 77 años. Hermida había nacido en Ayamonte (Huelva) y sus primeros pasos periodísticos los dio como redactor del semanario de Acción Católica "Signo", en la agencia Europa Press y, como reportero, en "La Actualidad Española". Su primer puesto relevante lo desempeñó en el diario vespertino "Informaciones", un periódico que en aquellos tiempos de ausencia de libertad de información y censura previa llevaba fama de riguroso, abierto y mínimamente imparcial, donde fue nada menos que radactor jefe. No obstante, donde Jesús Hermida se consagró como un periodista capaz y con enormes capacidades de llegar a la gente fue cuando en 1968 fue nombrado corresponsal de Televisión Española en Nueva York. recuerdo el programa en el que se anunció la renovación del equipo de corresponsales en el extranjero de la entonces única televisión de España, entrevistándo a José Antonio Plaza, que se iba a Londres, a Javier de Montini, nombrado para Roma y al propio Hermida, quien viajaba a Nueva York, donde ya estaba otro enorme periodista, Cirilo Rodríguez, prematuramente fallecido.

La llegada de Jesús Hermida a la gran ciudad de USA, junto a la de Plaza a Inglaterra, supuso la aportación de savia nueva en las noticias de los telediarios de la época, acostumbrados a la rigidez y excesiva seriedad de los grandes "dinosaurios" de la prensa de entonces. Jesús Hermida era característico por su "tupé", la peculiar y llamativa forma en que iba cambiando de posición conforme hablaba y el ritmo pausado y con parones buscados de su discurso verbal. Hermida desde Nueva York nos contó  acontecimientos tan importantes como los asesinatos de Martin Luthero King y Robert Kennedy en 1968, las dos citorias electorales de Richard Nixon, así como su caída por el caso "Watergate", aunque se hizo muy especialmente famoso cuando relató la primera vez que el hombre pisó la Luna en julio de 1969, todos los que teníamos mínima conciencia racional por entonces madrugamos como nunca para ver, informados por la voz inconfundible del periodista fallecido, como Neil Armstrong pisaba el satélite de la tierra. También recuerdo la forma emocionante con la que Hermida nos iba poniendo al día del dramático episodio -con final feliz- protagonizado por el Apolo XIII. Natalia Marcos narra en su obituario del País una bonita anécdota relatada por el propio Jesús Hermida con motivo del entierro de Bob Kénnedy: Hermida reconoció en una entrevista reciente en EL PAÍS que lo más emocionante que vivió en su carrera periodística fue la madrugada del entierro de Robert Kennedy. “Las gentes empezaron a cantar. Entonces una voz mía me dijo: ‘Cállate, puñetero, y oye’. Y me callé”..

En 1978 Jesús Hermida regresó a España, su carrera siguió activa y la prensa recoge hoy toda la actividad y los trabajos desempeñados desde entonces: "De cerca", "Crónica 3", "Su turno", "La hora cero" o "Viva la gente". En los ochenta condujo el programa "Por la mañana", un magazine en el que contó con la colaboración también de gente como María Teresa Campos o las conocidas como “Chicas Hermida”, que vieron cómo su carrera se lanzaba tras su paso por el programa: Nieves Herrero, Inma Soriano, Consuelo Berlanga o Miriam Díaz Aroca.Volvió a Televisión Española en 1987 para dirigir el Telediario nocturno y fue director de programas de Antena-3 TV. Fue director de informativos de la Televisión de Castilla La mancha y ya en este siglo volvió a trabajar en "La 1" con "La imagen de tu vida" en 2006 y el especial "Regreso a la Luna" en 2009. Hace dos años realizó una recordada entrevista al Rey Juan Carlos.

Descanse en paz.

1 de mayo de 2015

Lecturas de abril


A lo largo del mes de abril, en el que anda incluido la fecha elegida como "Dïa del Libro" han pasado por mis manos lecturas bien variadas. Cada una tiene su parte de interés, aunque quiero destacar una novela de la entidad del "Soviet de los vagos", un clásico inglés que habla de la familia Forsyte y "Un avión sin ella", una novela francesa de intriga de la que no se ha hablado demasiado pero que destaca por los continuos giros en la trama y un final sorprendente.

Ya he comentado en otras ocasiones que soy un lector caprichoso;  una especie de curiosidad literaria y cierta tendencia a dejarme llevar por intuiciones me mueve a leer novelas sin excesivas consultas previas. Este ha sido el camino que me ha llevado a leer "Dollface", un relato que con el subtítulo de "Una novela sobre los violentos años veinte" ha escrito la periodista norteamericana Renee Rosen. Se trata de una historia ambientada durante la ley seca en Chicago y no faltan en ella todos los elementos propios que el título y la ambientación hacen presumir: gangsters, clubs nocturnos, whisky de contrabando, crímenes, vendettas, enfrentamientos de bandas, ... La traducción de "Dollface" es  "cara de muñeca", el apelativo con el que el líder de una de las dos bandas -el otro es nada menos que Al Capone- se refiere a la protagonista, Vera Abramowitz, una joven de origen judío que prtendiendo huir de una infancia desdichada, acaba en relación directa  con el mundo del crimen. Por encima de los gangsters y sus bandas, las verdaderas protagonistas de la novela, con la citada Vera a la cabeza, son las mujeres de aquéllos, las llamadas "flappers", jovencitas de pelo corto, trajes de borlas y labios pintados de rojo, que bailan el charleston y acompañan, como esposas o amantes, a gangsters de traje de rayas y chaleco, sombrero tipo fedora y que se mueven en torno al bourbon de contrabando y grandes cantidades de dinero. No puedo avalar la calidad literaria del libro, que sin ser un pastiche es bastante limitada, pero no deja de ser una lectura entretenida y la autora consigue darle un toque de humanidad y romanticismo que compensa, al menos en parte, la dureza y marginalidad del argumento.

Allá por el final de la década de los 60 triunfó en TVE una serie de la BBC titulada "La saga de los Forsyte"; recuerdo que a mis padres les "cogió" mucho la misma y era emitida los domingos por la noche en un horario vetado a los que por aquella época éramos unos niños, además de que nos insistian responsablemente con eso de que "no es para menores". Con el tiempo descubrí que el guión era una adaptación de "La dinastía de los Forsyte", una novela escrita por John Galsworthy, un novelista y dramaturgo inglés que obtuvo el Premio Nobel de literatura en 1932. La novela -más de 700 páginas- la he ido leyendo durante varios meses, en concreto desde el pasado mes de agosto. Galsworthy nos cuenta la historia de una amplia familia de la clase alta londinense desde los estertores de la época victoriana hasta los año posteriores a la primera guerra mundial; me ha parecido un relato muy bien escrito en el que destaca la perfecta ambientación de la época, la riqueza de unos personajes llenos de fuerza, aunque cada uno de ellos bien distintos, con la nota común de la frialdad y el cálculo tan propio de los británicos; tremendamente representativos cada uno de los distintos miembros de la familia Forsyte: Soames, su primera mujer Irene, Jolyon, Winifred, Eustace, Timoteo, Jorge, ... No pasan acontecimientos excesivamente llamativos., aunque tiene su toque de drama, pero Galsworthy tiene la habilidad y el acierto de narrarnos la vida ordinaria de los protagonistas de forma que la llega a hacer apasionante. La novela nos muestra además la evolución de la sociedad, con el paso del espíritu puramente victoriano a lo que para el escritor, muerto en 1933, son los tiempos modernos. Teniendo el libro empezado, la editorial "Reino de Cordelia" ha publicado una nueva edición en el que se recupera el nombre de "saga" en lugar del de "dinastía".

La de la revolución francesa es una época que me interesa mucho, a pesar de lo cual he de admitir que no la he estudiado demasiado. Leí en su momento una antigua historia escita por Pierre Gachot y llevo años tratando, sin éxito, de hacerme con la que publicó en su día Francois Furet. De este autor encontré navegando por internet un pequeño ensayo titulado "Pensar la revolución francesa", un escrito que he de empezar reconociendo me ha costado mucho entender ... tanto que, de hecho, sospecho que he conseguido captar más o menos la mitad de lo escrito por el pensador francés. Furet pretende refutar esa especie de idolatría sobre tal revolución, no a base de proscribirla sino intentando ofrecer una versión más objetiva e imparcial de la misma, lejos de la interpretación marxista predominante en el siglo XX. Por eso mismo habla de "pensar la revolución francesa", y no de exaltar ni proscribir. El ensayo se divide en dos partes, una en la que el autor nos ofrece su visión de unos acontecimientos que supusieron el paso del antiguo al nuevo régimen, tratando de desmitificar alguna cuestión y dejar clara su postura de que por encima de las habituales consideraciones sociales y económicas de tantos estudiosos de la revolución, ésta es un acontecimiento esencialmente político. En la segunda parte Furet analiza los estudios de dos autores tan distintos como Tockeville y Cochin.

"Un avión sin ella" es una novela de intriga escrita por el francés Michel Bussi, me llamó la atención en su día cuando la vi expuesta en los anaqueles de la "Librería General" de Zaragoza, aunque no recuerdo que tuviera especial difusión en webs del género y suplementos de prensa. Al cabo de tres años de su publicación he leído unoas cuantas críticas positivas en internet, además de descubrir que recibió el premio "Prix de la Presse" del año 2012. Sin llegar a la excelencia que pregonan algunos comentarios de la red, ni siquiera a convertirse, como también afirmaban, en la típica novela policíaca cuya lectura cuesta cortar, me ha parecido un relato bien construido, con un argumento original e interesante, una intriga que crece conforme avanzas en la lectura y un final tan inesperado como bien conseguido. Un dramático accidente de avión en el que viajaban dos bebés, la milagrosa supervivencia de uno de ellos y el contencioso sobre la identidad de la niña superviviente son el punto de partida de un relato ambientado en Francia y que entretiene bastante. Y, por supuesto, tenemos que hablar de una novela muy francesa.

"El soviet de los vagos", del escritor madrileño Eduardo Galarza es una de esas novelas de las que tomas nota al tiempo de su publicación y, a la vista del tenor de las críticas y esa primera impresión favorable que viene a ser como el ojho clínico de los lectores, asumes casi el compromiso de leerla. De hecho recuerdo haberla comprado hace ya un par de años en la  tienda de "La Casa del Libro" ubicada en la Gran Vía de Madrid, aunque hasta el primer fin se semana del reciente mes de abril no comencé su lectura. Se trata de una novela bien construida, cuidada al detalle; a la hora de tomar en consideración el género al que pertenecer no sabría dar una respuesta unitaria: tiene su parte de intriga, su tono romántico y sería incardinable dentro de los relatos de espías, incluso podríamos encasillarla sin temor a hacer una barbaridad entre las novelas históricas, al incluir como personaje al científico de origen croata Nikola Tesla. No obstante, pienso que "El soviet de los vagos" es ante todo una buena novela, complicada eso sí, pues Galarza, uno de esos que llaman escritores "de culto", plantea una especie de tablero de ajedrez lleno de giros y originalidades, creando una trama enrevesada que exige leer con atención y sin perder ripio en las casi 600 páginas de las que consta el libro. Buenos personajes, una época interesante -el París misterioso y conspiratorio de los años 30- y un argumento que se complica y vuelve más interesante conforme se pasan los capítulos.

Hay tipos de libros que viene bien leer de vez en cuando, aunque puede resultar indigesto hacerlo frecuentemente. Pienso que es el caso de "Dura la lluvia que cae", una novela del californiano Don Carpenter que fue publicada en 1966 y no se ha traducido al castellano hasta 2012 en una modesta edición de "Duomo Editorial". Alguno han calificado la novela como de crimen, castigo y búsqueda de redención, incluso  algún blog vecino asegura que no se trata de una novela sobre "perdedores", sino directamente "sobre perder". El protagonista, Jack Levitt pasa dos terceras partes del relato entre orfelinatos, tugurios y la prisión, algo que confirma lo dicho. No sabría en qué género incardinar este libro, no es policíaco, pues apenas sale algún agente tangencialmente, ni de intriga, pues no la hay, ... ni siquiera me ha parecido una novela negra. En el libro Carpenter nos muestra unos personajes duros, aunque también humanos, llenos de contrastes pero siempre condicionados por sus orígenes y el ambiente en que se mueven. Un relato donde no parece haber puerta abierta a la esperanza, propio de un autor que no creía en nada y que terminó quitándose la vida para evitar los sufrimientos de la vejez. Lo dicho: no conviene andar todo el tiempo con estos libros, pero se aprende con uno de vez en cuando.

Eloy Fernández Clemente es un economista e historiador aragonés; hombre comprometido políticamente, incardinable dentro del aragonesismo de izquierdas, tuvo un papel importante en la transición aragonés y española como director de la revista "Andalán", una publicación sin la que no se puede entender ni explicar el ambiente cultural y político del Aragón inmediatamente posterior al franquismo. Leí hace unos pocos años la primera parte de sus memorias y me pareció un personaje interesante, equilibrado y tolerante; también es autor de una historia de Aragón que confío decidirme a leer algún día y no hace mucho me baje de la red "Ante Cataluña", un breve libro donde recopila varios artículos suyos de los últimos 50 años. Todos los citados artículos tienen como elemento común la referencia a Cataluña, y en ellos habla de su cultura, su idioma, sus políticos y sus aconteceres históricos. Se trata de la versión de un hombre cercano, que habla desde la admiración y desde la coincidencia en algunas ideas, y trata tanto de personajes concretos como de opiniones políticas. En sus textos queda reflejada su admiración por la tierra vecina, sus posturas favorables al reconocimiento histórico de la cultura, el idioma y la identidad catalana, el espinoso tema de la lengua catalana hablada en las zonas limítrofes de Aragón con Cataluña y de su decepción por la situación actual, en la que critica tanto la actitud cerrada de los gobiernos centrales como la deriva hacia la manipulación de la historia, el victimismo y la endogamia de la actual política catalana.