29 de abril de 2014

Cultura del esfuerzo ....


¿Quién no ha oído hablar alguna vez de la cultura del esfuerzo?; poco a poco nos vamos acostumbrando a nuevos conceptos que uno no sabe si esconden algo positivo o no son más que elaboraciones mentales de algunos, ideas que esconden más equívocos que otra cosa o simples palabras que no contienen más que humo y ciertas dosis de "tontería". No se porqué extraña razón al pensar en este concepto, me viene a la cabeza la figura de Vasili Alekséyev, el mítico campeón ruso de halterofilia que dominó la categoría de superpesados en las Olimpiadas de Munich -1972- y Montreal -1976-, consiguiendo 80 marcas mundiales consecutivas entre 1972 y 1978. Era llamativo ver aparecer a este gigante con una barriga enorme que a base de gritos y, por supuesto un enorme esfuerzo, levantaba pesas que llegaron a superar los 250 kg. A pesar del indudable mérito de semejante hazaña, la imagen no dejaba de tener su parte de grotesca.

No se si nos hemos parado a pensar en qué medida casan los términos "cultura" y "esfuerzo" ... ¿es el esfuerzo consecuencia de la cultura?, ¿hace más "culto" ser "voluntarista"?, ... no se yo si nos estamos perdiendo con las terminologías. Con todo el respeto del mundo a tanta cabeza pensante y a tanto personaje lleno de buenas intenciones, no se si sería bueno dejar de teorizar sobre culturas del esfuerzo, talantes determinados, capacidades de liderazgo, búsquedas de la excelencia y conceptos semejantes y asimilar que en el fondo nadie ha inventado nada nuevo y mucho más que de culturas y palabrerías, tal vez quepa alentar a vivir las virtudes de siempre. En definitiva, trabajar bien, tener espíritu de servicio, darlo todo, se constante, ... es algo que siempre se ha intentado hacer por algunos, y vete a saber si a lo mejor no es preciso hacer un máster para ello.


26 de abril de 2014

En recuerdo de un hombre discreto


Ayer falleció Tito Vilanova; no por esperada la noticia impresiona menos: un hombre en la plenitud de la vida, cuando había empezado a recoger los frutos de un trabajo discreto y constante, hubo de dejar inesperadamente su trabajo y la recaída de hace unos meses ya movía a pensar en un desenlace así. Vilanova ha tenido un paso efímero por la gloria deportiva, como futbolista no tuvo demasiadas alharacas, mientras que al mando del F.C. Barcelona triunfó por todo lo alto, pero desgraciadamente su éxito terminó antes de lo previsto, algo que, no obstante, no impidió que tuviera el respeto, la admiración y el cariño de la gente del fútbol.

El entrenador desaparecido fue un hombre discreto, ajeno a polémicas, exabruptos y declaraciones salidas de tono; siempre apareció ante el público como un personaje concienzudo, estudioso del fútbol y que prefería trabajar fuera de las luces exteriores, ajeno a tanto tontería y tanta teoría como hay en la tramoya futbolística. Podríamos decir que Vilanova ejerció como nadie ese seny catalán del que tanto se habla y a veces no se observa; Vilanova no lucía abrigos entallados, ni se paseaba con cara de interesante por la banda, ni hacía aspavientos, ... discreto, elegante y equilibrado. Un gran entrenador y, tengo la impresión, una gran persona. Descanse en paz.

23 de abril de 2014

Autoejemplo, autobombo

En ocasiones te tropiezas con personas que tienden a ponerse como ejemplo en las conversaciones; hablan de las veces en las que alguien ha metido la pata y han tenido que deshacer entuertos, arreglar desperfectos o templar gaitas, de los múltiples logros que han ido obteniendo en su vida, resaltando lo brillantes que fueron en los estudios, lo constantes en sus trabajos profesionales, lo acertados en sus decisiones familiares o profesionales, ... gentes de esas que se dice que no tienen abuela. Uno los escucha y le queda la sensación de que han desarrollado una vida perfecta, sin errores, tropiezos ni desatinos, que siempre han sabido hacer lo que procedía, como si hubieran nacido maduros y hubieran conocido desde el destete todas las claves para salir adelante en la vida. No hay nadie que les gane en sentido del deber, preocupación por el prójimo, acierto en la ecuación de los hijos, fidelidad conyugal, espíritu de iniciativa, ... y si vas de pardillo, ingenuo o contertulio bien dispuesto, corres el peligro de terminar apabullado ante tanta virtud y eficacia. Y ya no digo cuando de ponerse como ejemplo se pasa al más descarado autobombo, momento en el que hay que iniciar un suspiro para que Dios nos coja confesados.

Eso sí, basta con andar atento, con el ojo avizor y los oídos pendientes para descubrir que ni es oro todo lo que reluce ni verdad todo lo que se cuenta ni los más cercanos al sujeto tienen de él una visión tan maravillosa como la propia. El paso de os años, las canas que se peinan y el ardor de estómago que las comidas excesivas no te causan de joven pueden llevarte a cierto escepticismo ante la bondad ajena, incluso a actitudes algo cínicas, y eso no es bueno, pero también te proporcionan experiencia y sabiduría para que no te las den tanto con queso. Al fin y al cabo, somos humanos, y a partir de ahí, si somos capaces de actuar con cierta honestidad, las relaciones de todo tipo comienzan a ser más auténticas y naturales.

21 de abril de 2014

La tarde negra del pobre Paulao



Paulo Alfonso Santos Junior, conocido en el mundo del fútbol por "Paulao" es un defensa central brasileño que milita en el Betis; se forjó en el Atlético Mineiro, uno de los clásicos de la Liga brasileña y antes de recalar en el equipo verdiblanco dio en Europa unos discretos primeros pasos en equipos medios como el Sporting de Braga de Portugal y el Saint Etienne francés. Paulao es el típico central brasileño: fornido, no muy técnico -en Brasil el arte lo tienen medios y delanteros- y más bien irregular. Eso sí, parece un hombre entregado a la causa y querido por sus compañeros.

El Betis, que el año pasado lo hizo muy bien, está teniendo una liga muy desgraciada; se encuentra hundido en el último lugar de la tabla y casi con los dos pies en segunda división. El domingo pasado Paulao jugaba como central titular de su equipo en el estadio de Vallecas, un campo donde el Rayo Vallecano, a las órdenes de un míster valiente y honesto como Paco Jémez, ha encaminado un año más el milagro de la permanencia; la actuación del brasileño fue deprimente: en el minuto catorce cometió el error de ceder mal un balón a su portero Adán y Rochina, un delantero que jugó media temporada con el Zaragoza el pasado curso, marcó el 1-0, y trece minutos después intentó despejar un centro del rival y marcó en propia puerta el segundo gol del Rayo, un tanto que destrozaba toda opción de su equipo en el partido. Nada más encajar este gol, Paulao se dirigió a su entrenador, el mítico extremo argentino Gabriel Calderón, pidiendo reiteradamente el cambio. Así lo hizo el entrenador en el minuto 31, abandonando el mozo el campo entre lágrimas y acompañado por las palmadas de consuelo de compañeros y rivales.

Estas cosas tiene el fútbol: un día estás en lo más alto, todos te ponen por las nubes y la semana siguiente te conviertes en villano y culpable de todos los males. En el campo, la televisión nos mostró cómo unos y otros se compadecían de Paulao y trataban inútilmente de consolarle, pero en foros y redes sociales el brasileño era vituperado y se le acusaba de torpe, "armario" y cobarde. A mí me parece que éstos no son más que "gajes del oficio", que un error garrafal y un gol en propia portería no son más que desgracias que todo futbolista sufre en alguna ocasión, mientras que la actitud de tirar la toalla y pedir el cambio, por mucho que no sea un ejemplo de fortaleza y solidez interior, no deja de ser una reacción comprensible, una actitud que sin ser ejemplar lo hace más humano.

16 de abril de 2014

Ha muerto Junior


El martes 15 de abril falleció Antonio Morales, conocido en el mundo del espectáculo como Junior; tenía 70 años y desde el fallecimiento hace ocho de su mujer, Rocío Dúrcal, parecía que no había levantado cabeza y andaba sumido en la triste rampa de las depresiones. Junior, que durante varias décadas fue el sereno y prudente esposo de "Marieta", salto a las portadas de la prensa más "amarilla" por disputas familiares sobre la herencia de aquélla y rumores diversos sobre su vida de esos que son fáciles de proclamar y que frecuentemente no son ciertos. Mis recuerdos más sólidos de Junior se remontan a mucho antes y, como ahora se encargan de recordar los obituarios de la prensa, tienen que ver con uno de los más importantes personajes de los inicios del pop español.

Junior nació en Manila y llegó a España con 15 años; pronto destacó por su facilidad para hacer música y su perfecto conocimiento del inglés, circunstancia que facilitaba ya por entonces prosperar en el mundo de la música moderna. Tras una breve experiencia con un grupo llamado "Jump" y alguna actuación en solitario, Junior entra a formar parte de la primera formación de Los Brincos, un grupo que marcó una época en nuestro país y que junto a grupos como "Los Bravos" o "Los Pekenikes" son historia viva de la música ligera española contemporánea. El gran líder de Los Brincos era Fernando Arbex, todo un maestro en la materia, y además de Junior también formaba parte Juan Pardo, otro compositor-cantante del que no se puede prescindir al hablar de la música de aquellas décadas. Canciones como "Un sorbito de champagne", "Lo que yo quiero", "Sóla", "Flamenco", "Tu me dijiste adiós", "Borracho" o "Lola" han entrado a formar parte de esos temas verdaderamente inmortales.

Al parecer, las malas relaciones entre Arbex y Pardo provocaron que éste último saliera del grupo, y a él se unió Junior, cantando ambos juntos durante dos inolvidables años en el dúo Juan & Junior, posiblemente la mejor alternativa que ha habido alguna vez al mítico "Dúo Dinámico". Verdaderamente inolvidable el tema "Anduriña", una balada dulce y sentida que dio la vuelta a España y nos sabemos de memoria todos los que teníamos por entonces algo de uso de razón; recuerdo que en la carátula del disco aparecía una paloma dibujada por el mísmisimo Pablo Picasso. "La caza", "A dos niñas" -dedicada al parecer a Marisol y Rocío Durcal-, "Nos falta fe", "Tiempo de amor" y "Lo que el viento se llevó" son otros temas de Juan & Junior aunque he de admitir que no las recuerdo.

En 1969 ambos cantantes pusieron fin a la relación; mientras Juan Pardo se dedicó a componer, lanzar nuevos artistas y a cantar temas de éxito indudable -"La charanga", "Toros en Méjico", "Cuando te enamores", "Soledades", "Leonor", ...- Junior tuvo una carrera de solista mucho menos brillante. Solamente recuerdo ahora su participación en "Pasaporte a Dublín", un programa que se emitía los sábados por la noche y en el que Junior junto a varios artistas -Jaime Morey, Karina, Los Mismos, Conchita Márquez Piquer, Nino Bravo, Rocío Jurado, Encarnita Polo, Dova y Cristina- se disputaban representar a España en Eurovisión-1971; al final ganó Karina y nunca se supieron oficialmente los votos que recibieron el resto.

Junior se casó con Rocío Dúrcal y según cuentan, desde entonces su labor se centró en la carrera de su mujer, una voz privilegiada que siguió triunfando en la música y cuyo éxito en buena parte se debió al trabajo de Junior. descanse en paz.



15 de abril de 2014

Polvorín en Ucrania


He de confesar que no soy capaz de valorar la situación de Ucrania; no ando excesivamente informado de antecedentes, de historia local y del orden sucesivo de acontecimientos que ha derivado en una situación próxima a la guerra civil, pero lo que si tengo claro es que el asunto es preocupante y mucho. La actitud y las formas que se le adivinan a Vladimir Putin, los enfrentamientos internos entre ucranianos de uno u otro color, las cuestiones estratégicas y los intereses económicos ofrecen en su conjunto un decorado que vete a saber si no puede ser hasta equiparable a lo ocurrido en Europa tras el asesinato en Sarajevo del Archiduque Francisco Fernando de Austria o después de la invasión de Polonia por parte de las tropas alemanas del III Reich. A lo mejor exagero, pero no puedo evitar escuchar unos tambores de guerra que da la impresión dejamos sonar cada vez con más frecuencia y menos responsabilidad.

Me preocupa la indiferencia, la frialdad de quienes se acostumbran a escuchar este tipo de noticias sin pararse a pensar a donde nos pueden llevar los acontecimientos, los efectos que la crisis puede tener en el resto de Europa y del mundo y, muy especialmente, el sufrimiento que a estas horas ya se ha cebado en personas y familias. Y me preocupa la falta de talla, de altura política que intuyo en los líderes mundiales más relevantes; con todo el respeto al poderoso gigante norteamericano, cada vez veo más a Barack Obama como un personaje mediocre, como un político creado artificialmente al que le falta criterio, audacia y amplitud de miras.

No se cómo va a terminar el lío ucraniano, pero me temo que la cosa ya va mal y no ha hecho más que comenzar.

12 de abril de 2014

Un "bajito" que se las llevaba de calle


He de admitir que me pilló de sorpresa la noticia del fallecimiento de Mickey Rooney, pues hacía tantos años que no oía hablar de él que pensaba que ya llevaba tiempo criando malvas; un grave error mío, pùes al parecer no solamente seguía vivo, sino que incluso andaba en la preparación de una nueva versión cinematográfica del clásico de Stevenson 'The Strange Case of D.r Jekyll and Mr. Hyde'. El pasado domingo, 6 de abril el actor nacido en Brooklyn -todo un destino- fallecía en Los Ángeles a la edad de 93 años, y dejaba atrás una carrera cinematográfica tan larga que la inició con 6 años y murió prácticamente con las botas puestas.

Mi recuerdo de Mickey Rooney va inevitablemente unido a aquellos ya tan lejanos sábado de los años 60 en los que nos tragábamos las "pelis" de "Sesión de Tarde" casi por decreto-ley, y digo casi porque recuerdo haber llegado a renunciar a cierto ciclo dedicado a Estrellita Castro. Mickey Rooney solía aparecer como un joven alegre, dinámico y desenfadado; recuerdo películas míticas como "Capitales intrépidos", "Forja de hombres", ambas junto a Spencer Tracy, "Fuego de juventud", con una jovencísima Elizabeth Taylor y "Prueba heróica", sin olvidar su papel de Thomas Alba Edison en "El joven Edison", una de esos filmes biográficos con toque didáctico. Rooney fue propuesto en cuatro ocasiones para los Oscars: en 1939 por "Hijos de la farándula", en 1943 por "La comedia humana", en 1956 por "Amanecer sangriento" y en 1979 por "El córcel negro", pero los respectivos jurados prefirieron a Robert Donat, Paul Lukas, Antonhy Quinn y Melvin Douglas y Mickey hubo de conformarse con uno de esos Oscar honoríficos que suenan a consolación y que le dieron en 1982.

A la vista de las películas que nos soltaban en la tele durante mi infancia, la imagen que me quedó de Mickey Rooney era la de un chavalote simpático y bastante ingenuo, bajito -medía 1,59- y que siempre buscaba amores imposibles; la realidad fue bien distinta, pues el actor se casó ocho veces, la primera nada menos que con Ava Gadner, además de haber mantenido sonados romances con Marilyn Monroe y Lana Turner, ... es decir, que se trataba de un "bajito" que se hacía con las mujeres más glamourosas y "demás" del Hollywood de la época. Parece que las mujeres fueron la corona y la tumba de Rooney, pues tantos divorcios y tantos hijos a cargo le llevaron a la ruina y a tener que trabajar a todo trapo para pagar deudas y pensiones. Ahora le llega el turno de descansar, que lo haga en paz el simpático Mickey Rooney.

10 de abril de 2014

Amor y palabrería


Tras tantos años de historia podríamos abrir un debate sobre las palabras más utilizadas a lo largo de los tiempos; no cabe duda de que términos como "guerra", "paz", "reinos" o "repúblicas" han sido escritos y citados constantemente a lo largo de los siglos. Pero posiblemente sea el vocablo "amor" uno de los que siempre ha estado en boca de todo el mundo; dudo que exista quien rechace poseer capacidad de amar y deseo de ser amado. Eso sí, también deberíamos admitir que la palabra "amor" tiende a usarse abusivamente, a utilizarse como escudo, como arma o como excusa, sin intentar comprender su verdadero sentido, su esencia más profunda.

Pienso que el amor no debería ser una cualidad de la que presumir, sino una meta a la que aspirar; hace ya tiempo que desconfío de quien alardea de su capacidad de querer, de quien asegura que tras frases o hechos que te cuesta encajar se esconde un cariño verdadero, de quien saca el concepto a la calle como si lo llevara en procesión, lo luciera como medalla o lo poseyera como exclusiva. Tal vez deberíamos ahorrarnos teorías, púlpitos y tratados, y tomar prestado el candil de Diógenes para salir a la calle y buscar ... donde menos te lo esperas, encuentras el ejemplo y el camino adecuado.

La teoría todos la conocemos, ya sabemos que el amor es algo más que una canción romántica o una película "pastelona", que supone estar a las duras y a las maduras, que se ha de demostrar con hechos, ... pero hay ocasiones en que no puedo evitar tener la sensación de que se trata el tema como si fuera una clase teórica, un recetario, un curso de liderazgo, ... No reduzcamos el amor a una palabra, a un concepto, a un lema, ... a lo mejor se trata de pensar menos y hacer más.

8 de abril de 2014

El trauma del baberito


Uno de los recuerdos de mi infancia que se han convertido en permanentes es el de la Cafetería "Niké", un establecimiento ubicado, como lo estaban entonces las oficinas del real Zaragoza, en la calle Requeté Aragonés -hoy Cinco de marzo- y donde me llevaban mis padres en ocasiones especiales a tomar su famoso chocolate vienés, lo que por entonces llamábamos "chocolate hecho", con nata encima y que podías tomar con churros, brioches, croissants, ... Se trataba de una cafetería de estilo antiguo, decorada con detalles selectos y atendida por camareros perfectamente uniformados a quienes recuerdo mayores y ceremoniosos, aunque a los 6, 7  u 8 años cualquier persona que se acerque a los 40 te parece próximo a la senectud.


Con los años me he enterado que la cafetería fue inaugurada en 1940, que era conocida como el "Niké de los poetas" y que a lo largo de las décadas fueron participando en sus tertulias escritores, dibujantes, pintores, escultores,  periodistas, ... como Borao, Almenara, Gil Losilla, los hermanos Labordeta, Emilio Gastón, Pomarón, ... hechos que por supuesto yo ignoraba, pues "Niké" se limitaba a ser un lujo a disfrutar muy pocas veces. Por ejemplo, recuerdo haber acudido allí después de haber sido "sometido" a un análisis de sangre que en aquellos tiempos y con esa edad era poco menos que un sacrificio ritual. Un día de primavera de 1969 "Niké" cerró y se terminó su encanto, otros lugares pretendieron ocupar su sitio, pero como aquél ya nunca hubo otro.


Y entre esos recuerdos que pululan alrededor de mi memoria queda grabada la situación que, ineludiblemente, se producía cada ocasión en que me sentaba a consumir el correspondiente chocolate, cuando el camarero que nos correspondía se dirigía a la persona mayor que en su caso me acompañara y preguntaba con voz circunspecta: "¿un "baberito" para el niño? ... semejante ocurrencia lo consideraba como una especie de menosprecio, casi un insulto, pues para mis convicciones el babero era una prenda reservada para quienes aún andaban en el destete, y consideraba una osadía, rayana en la humillación, que ese señor tan pulcramente uniformado pretendiera atarme al cuello un "trapillo" que vete a saber lo que podía llevar dibujado. No se me ocurría que el hombre seguramente no hacía más que cumplir órdenes, o en todo caso ejercitar costumbres. Eso sí, ante semejante proposición nunca permití una respuesta afirmativa. Con el paso de los años la cuestión me produce entre risa, nostalgia y ternura, a la vez que me planteo que cada vez queda menos tiempo para que probablemente haya que volver a ofrecerme "baberitos" a la vista de los efectos del paso del tiempo .... aunque aún falta para eso, que hay quien me acusa de llorón.

La foto la he conseguido en una página de Heraldo de Aragón.



6 de abril de 2014

Rosa López en Huesca


Rosa López, la cantante granadina que triunfó por todo lo alto en la primera edición de "Operación Triunfo" y representó a España en el Festival de Eurovisión actuó el sábado en el teatro Olimpia de Huesca. He de confesar que disfruté como un niño y quedé encantado de lo bien que lo hace la simpátiquísima artista andaluza. Tiene una voz espectacular con la que hace verdaderamente lo que le da la gana; magnífica su versión, especial y distinta, del inolvidable "Yo no soy esa" de Mari Trini, su actual éxito, y de primer nivel las canciones versionadas de primeros espadas de la música como Whitney Huston, José Luis Perales y Armando Manzanero, con mención especial para el "Killing Me Softly" de Roberta Flack y el "Something" de Los Beatles. Magníficas también sus canciones de siempre. Pero además de por su arte y esa voz que en España tienen muy pocos, Rosa se metió en el bolsillo al público oscense por su simpatía y su humanidad; me quedó bien claro que ese cariño, ese sentido común y esa entrega a los espectadores no tenían ni un gramo de impostados: una mirada sincera, un tono de voz cargado de afecto y una actitud de persona que se vuelca en lo suyo y con los suyos. A todo esto cabe añadir su generosidad por actuar completamente gratis al ser un concierto benéfico a favor de Manos Unidas contra el hambre. ¡Vaya pedazo de artista, vaya grandeza de mujer y vaya categoría de persona!.

Decía Chesterton que la mediocridad consistía en convivir con la grandeza y no darse cuenta, razón por la que no puedo cerrar este post sin mencionar la labor que realiza Manos Unidas, donde el verdadero amor a los demás, la entrega desinteresada y la constancia en el trabajo se unen para sacar adelante aquello que no son capaces de hacer quienes deberían velar por la paz y la prosperidad del mundo. Mi admiración, mi apoyo y mi enhorabuena a Araceli, Carmen y todo su equipo; me quito el sombrero. Ah¡¡¡, y magnífica la idea del colofón con las jotas de Roberto Ciria y el "S'ha feito de nuei", a Rosa y su equipo se les veía con la boca abierta.

*Imagen tomada de la web de Radio Huesca

5 de abril de 2014

¡Qué canción!, !Qué recuerdos!

Todo un himno, ¿para qué voy a escribir más? ... escucho la canción y vienen a mi cabeza personas, recuerdos, secretos, ... Excelente versión de "Il divo"

4 de abril de 2014

La solidez del silencio


Con todos los matices que, como en tantas cosas de esta vida, se quiera precisar, pienso que podemos definir al silencio como una genuina manifestación de virtud. Salta a la vista que habrá ocasiones en que tendrá delito permanecer callado: razones de justicia, equidad y buena fama deben llevar a hablar y poner las cosas claras cuando procede, pero como norma general permanecer callado cabe ser considerado una reacción en la que se unen la prudencia, la inteligencia y el sentido común ... mi experiencia, al menos, es que me he arrepentido muchas más veces de haber abierto la boca que de haberme mantenido callado.

El silencio es una medida de prudencia; muchas veces tendemos a hablar de más y es que tenemos bastante arraigada la pasión de la vanidad, nos encanta ponernos medallas, servir de ejemplo, sentar cátedra, dictar sentencia, ... y tanta autoconfianza nos puede impedir ser conscientes de que al resto del mundo nuestra opinión y nuestra experiencia no les importa tanto, incluso en alguna ocasión les sale por una friolera. Pero el silencio es también una forma de ser oportunos, de estar en nuestro sitio, de controlar  la tendencia que a veces se nos dispara a hablar más de la cuenta, a meter la pata ... cosa muy disculpable cuando se va de buena fe, pero callar a tiempo puede evitar hacer daño a alguien ... e incluso terminar agobiados nosotros mismos.

El silencio es también señal de respeto, una forma de poner de manifiesto nuestro sentimiento ante el dolor ajeno, la pérdida, el sufrimiento de cualquier tipo. Con nuestro silencio ofrecemos solidaridad, compartimos las penas y ejercitamos la sabia actitud de quedar en segundo plano cuando no somos protagonistas, sino amigos, hermanos dispuestos a todo pero con vocación de estar en nuestro sitio. Cuando el otro sufre, lo importante es que sepa que estamos allí, no hemos de sentirnos obligados a dar consejos que no nos han pedido ni lecciones que seguramente no estamos en condiciones de dar. 

El silencio no es egoísmo, cerrazón, falta de sensibilidad, es conciencia de nuestro lugar en el mundo, es predilección por la reflexión, por la actitud discreta, por la contemplación. 



3 de abril de 2014

El talante Yogui


A la hora de hablar de personajes que protagonizaron mi infancia se me ocurren muchos: Walt Disney, Marcelino y Lapetra -luego Arrúa, Diarte y García Castany-, John Wayne,  los actores habituales del espacio "Novela" -Pablo Sanz, Fernando Delgado, Jesús Puente, María José Goyanes, Ana María Vidal, Mercedes Prendes, Pellicena, ...-, Joaquín Prat y Laura Valenzuela, los hermanos Kénnedy, los astronautas norteamericanos, Pelé, Santana, Julio Iglesias, Angel Nieto, Franco, y de Gaulle, ... todos tenían frecuente presencia en telediarios, películas, competiciones deportivas, concursos televisivos, ... aunque si me pongo a pensar con quien me quedo, casi optaría por el oso Yogui.

El oso Yogui era una creación de Hanna & Barbera y aparecía cada lunes en El Show de Huckleberry Hound conjuntamente con los episodios del perro  Huckleberry Hound, los ratones Pixie, Dixie y el gato Jinks, aunque la popularidad de Yogui acabó convirtiéndole en protagonista de su propio show. Yogi era campechano, simpático, cordial y, por encima de todo, tozudo y seguro de sí mismo ... si no fuera porque vivía en el parque de Jellystone uno pensaría que era baturro. Y es que Yogui trasmitía optimismo, aunque teóricamente era una especie de "malo de la película", pues violaba continuamente la ley tratando de sustraer la comida de los visitantes del parque, apoderándose de esos pasteles que los dibujantes presentaban tan simples como tentadores, ... Yogui caía bien, te identificabas con él, confiábas en que no fuera sorprendido y capturado por el guarda. Sí, definitivamente me quedo con el oso Yogui, si volviera a ser niño volvería a ser fan de este oso pardo que parece humano. Sí, me quedo con el "talante Yogui", es bueno ir por la vida sonriendo, improvisando y hasta valiéndose de cierta picaresca.

Sí, ya se que Yogui es personaje de ficción ... pero acaso no lo son, o lo parecen, tantos otros de carne y hueso?.

1 de abril de 2014

Leidos en marzo


En marzo he terminado siete libros y si fuera capaz de volver sobre mis pasos pienso que volvería a leer todos y cada uno de ellos, afirmación con la que pretendo dejar bien claro que los siete merecen la pena ... aunque evidentemente unos más que otros. No tengo ninguna duda de cuales me han parecido los mejores: "Intemperie", posiblemente una de las grandes apariciones literarias españolas de los últimos años y "Sommbras sobre el Hudson", novela de un premio Nobel que acredita lo merecido del galardón, un libro que me ha ayudado a situarme en un mundo tan complicado como el de los judíos. Excelente el debut de la australiana M.L. Stedman, curioso "El caso Ruglons", original "Hallazgo de un cadáver" y dos clásicos breves que me han encantado.

Ya he comentado en otras ocasiones que los más destacados representantes de los escritores españoles de la segunda mitad del siglo XIX nunca decepcionan; es el caso de Pedro Antonio de Alarcón, un escritor del que no había leído nada desde aquellos lejanos tiempos en que cumplía con la patria en Valencia y devoré "El escándalo", "Capitán Veneno" y "El sombrero de tres picos". En los primeros días de marzo empecé y terminé "El clavo" un brevísimo relato que me ha parecido una auténtica joya. "El clavo" viene a ser una especie de precursor de las novelas de intriga, pues nos relata la investigación de un juez y su amigo en torno a la aparición de una calavera atravesada por un enorme clavo. Alarcón nos cuenta los hechos con elegancia, sabiendo combinar con acierto la intriga con el notorio matiz romántico de todas sus novelas. Por supuesto, no falta la mujer joven, bella y misteriosa, el conquistador elegante y noble y cierto toque de pesimismo. Es bueno y muy aconsejable recuperar el gusto por los de siempre.

Encontré la ficha de "El caso Ruglons", la última novela del escritor y periodista bilbaíno Javier Zuloaga, entre las novedades de la página web de "Negra y Criminal" y tuve uno de esos flechazos literarios que uno no sabe muy bien explicar. Posiblemente influyera el que la trama se desarrolla en Barcelona y que el argumento es atrayente, aunque creo que también tuvo algo que ver el original diseño de la portada. La novela gira en torno a dos personajes principales: Maruja Sanz, una mujer nacida en una miserable villa castellana cuya ambición desmedida le lleva a embaucar vía embarazo inesperado a un compañero de carrera, hijo de un eminente notario de Barcelona y Xavier Heredia, un gitano del marginal barrio barcelonés de la Perona que tras ser adoptado por la mujer a quien intentó robar el bolso cuando contaba seis años termina siendo un destacado magistrado de la Audiencia Provincial barcelonesa. Zuloaga trata un tema tan sugerente como el ascenso de una advenediza en el cerrado mundo de la burguesía de Barcelona, aderezado con una oscura trama de fuga de capitales a Suiza y ventas ficticias a Singapur, manejos informáticos diversos y corrupción de todo tipo. Pienso que no es propiamente una novela policíaca, sino un relato que trata algo tan de moda como la corrupción financiera. Está bien escrito y se lee bien, aunque me ha parecido que el autor pasa por los diversos asuntos como de puntillas y el final queda inconcreto, a lo mejor porque Zuloaga prefiere dejar cancha a la imaginación del lector.

"La luz entre los océanos" es la primera novela de la escritora australiana M.L. Stedman, un libro que ha recibido un montón de premios y que forma parte de ese elenco de novelas que, contándote una historia bien dramática, consiguen dejarte un buen sabor de boca. El relato nos cuenta el drama personal de Tom y Lizzy, una pareja que llega al matrimonio marcados por las secuelas de la 1ª Guerra Mundial: el fue un héroe de guerra y fue testigo de todo tipo de horrores mientras que los dos hermanos varones de su mujer murieron casi simultáneamente en el frente; se van a vivir a Janus, donde el trabaja en un solitario faro y a su tragedia se añaden dos abortos y un tercer niño que nace muerto. La acción adquiere su punto nuclear cuando aparece un bote en el que ambos descubren a un hombre muerto y una niña de pocos meses en perfecto estado: no denuncian el hecho y se quedan con el bebé, algo que termina convirtiéndose en un nuevo drama y un enorme dilema moral. Tenemos, por lo tanto, una historia de interés, a lo que cabe añadir dos virtudes indudables del libro: su lirismo, con la presencia constante del mar como elemento que añade belleza y encanto y el sentido positivo de la historia dentro de su carácter claramente dramático: todos los personajes son buena gente y terminas identificándote con ellos, incluso con quienes mantienen posiciones inconciliables. La novela se divide en tres partes y pasan muchos capítulos sin grandes sobresaltos, hasta que sucede algo y todo se precipita. Las últimas páginas están cargadas de sucedidos y he de confesar que terminé próximo a mojar la pestaña.

Todos coinciden que "Intemperie", de Jesús Carrasco, ha sido la noticia literaria del año en el ámbito de la narrativa española; una vez leído me sumo a quienes sostienen esta tesis. La primera novela de este autor extremeño me ha parecido una joya, con una prosa cuidada y un castellano rico y bien utilizado, a la vez que nos cuenta una historia que es a la vez dura, tierna y creíble. El autor nos presenta un relato intemporal, no aparecen nombres propios, ni lugares concretos, ni fechas ni edades ... solamente se nos habla de cinco personajes y de un paisaje seco y árido que trae a la cabeza los lugares más míseros de la geografía española. Los protagonistas son esencialmente dos: un niño que huye de su pueblo y su gente y un viejo cabrero que lo acoge y protege; apenas hay diálogo, los hechos se intuyen más que se narran, pero no es necesario, Carrasco consigue ofrecernos una lectura emotiva y de calidad y en su tosquedad y escasa capacidad de comunicación ambos personajes son entrañables, y ofrecen un toque de humanidad, de ternura, de bondad cierta en medio de una historia sórdida y dura. Hay quien ha comparado a Jesús Carrasco con Delibes, ... una equiparación que no se si beneficia al escritor, a quien se le pone de entrada un listón altísimo; por mucho que uno pueda encontrar ciertos aires de novelas como "Las ratas" o "Los Santos Inocentes", no he terminado de ver muchos parecidos entre el extremeño y el vallisoletano. Incluso he leído quien le busca sintonía con Cormac McCarthy y Coetzee, aunque a este respecto no puedo opinar por simple ignorancia. Hay que esperar con mucho interés el siguiente paso literario de esta escritor.

Casi dos meses he tenido diariamente en mis manos "Sombras sobre el Hudson", un formidable libro del escritor judío Isaac Bashevis Singer, premio Nobel de literatura en 1978; no me cabe duda de que he leído una novela excelente, un testimonio de primer orden que tiene como centro la religión judía. La novela fue publicado por entregas entre 1957 y 1958 en una revista que se editaba en yiddish, si bien no fue publicada como libro hasta 1995, siendo traducida al castellano directamente del yiddish. El libro nos cuenta las vidas de una serie de personas de origen judío en Hueva York en los años posteriores a la 2ª Guerra Mundial, todas ellas con un común y doble denominador: haber sufrido en sus carnes y en los de sus familias las consecuencias del holocausto y sus diversos planteamientos en relación a la práctica de la religión judía. No hay un protagonista exclusivo, sino que Singer nos muestra un variado elenco de personajes que se relacionan entre sí y de los que cada uno vive una situación y un drama personales; y es que "Sombras sobre el Hudson" es no sólo una reflexión sobre el mundo judío, sino una magnífica novela de personajes, ahí encontramos desde el judío fanático hasta el escéptico, pasando por quien vive en un permanente drama "hamletiano" al que le llevan sus pasiones, quien ha convertido su vida en una burla continua y quienes, prácticamente todos, ocultan sus secretos inconfesables y muestran al lector sus íntimos conflictos de conciencia. Estamos ante una novela de 728 páginas, en la que lo importante no es una trama central sino los problemas personales y cotidianos de sus protagonistas; por otra parte, la extensión de la obra y la tendencia a "filosofar" de su autor hacen que en algún momento pueda convertirse en algo monótona, pero sería un error renunciar a leer por esto, creo que es una obra maestra.

Hace pocos meses que se publicó "Hallazgo de un cadáver", primera novela traducida al castellano de la escritora danesa Eva-Marie Liffner; el libro era presentado por la editorial -"Nórdica"- como el primer libro de intriga escandinava publicado por dicha empresa. Tengo que decir, para empezar, que no estamos ante una genuina novela policíaca, y mucho menos de la línea de los autores nórdicos que conocemos, sino ante un relato complicado, con matices de novela histórica y hasta un toque de fantástica. La autora relata los hechos jugando con tres épocas diferentes: la guerra prusiano-danesa de mediados del siglo XIX, los dos años anteriores al estallido de la 2ª guerra mundial y nuestros días, en concreto el año 2000 en el que un trío tan peculiar como una limpiadora de la Universidad de Copenhague, un guarda jurado de la misma y un perro abandonado investigan hechos del pasado. Además Liffner juega con hechos tan peculiares como la peculiar pasión del padre de la protagonista por J.D. Salinger, un sucedido, relatado de forma hermosa, del escritor de cuentos danés Andersen y una expedición frustrada al polo de un tal John Franklin. He de reconocer que durante gran parte de la lectura anduve bastante perdido, sin saber muy bien que pretendía la escritora, aunque también he de decir que a ratos comprobé que estaba ante una novela bien escrita y que el desenlace lo terminé entendiendo. Eso sí e insisto: nada que ver con Mankell, Larsson, Lackberg, Nesbo y cía. Una lectura complicada, aunque no sabría decir si el problema estuvo en el libro o en el lector.

Corre por ahí un blog llamado "Un mundo para Curra", una bitácora genial, excelente de un sentido común, una fina ironía, una elegancia especiales -si lee esto su autora a lo mejor se enfada y le pido perdón-; en dicho blog descubrí "El arte de pagar sus deudas sin gastar un céntimo (en 10 lecciones)" un pequeño y delicioso relato atribuido a Honoré de Balzac. Se trata de un libro para leer cuando necesitas oxígeno, en aquellos días en que conviene descansar el cuerpo y el alma y viene bien sentido del humor, finura y calidad literaria, tres virtudes que definen la pequeña obra de Balzac -164 páginas-. Balzac, muy especialmente en la primera mitad del relato, satiriza un mundo que por lo visto conocía muy bien, el de las personas que almacenan deudas y se tienen que enfrentar contra acreedores frecuentemente inmisericordes. Las características de un "buen deudor", las argucias para eludir a los acreedores, las consecuencias de los impagos y el durísimo mundo de la prisión por deudas son analizados de forma tan magistral como desenfadada por el autor. Nos cuentan que la atribución a Balzac de esta obra es reciente y que muchos piensan que su auténtico autor es Émile Marco de Saint-Hilaire. Dejo el enlace del blog a que hice referencia, creo que lo explica mucho mejor todo.

http://unmundoparacurra.es/2013/12/28/el-arte-de-pagar-sus-deudas-sin-gastar-un-centimo-en-10-lecciones/