13 de febrero de 2014

Un actor europeo que triunfó en Hollywood



El pasado 1 de febrero falleció en Innsbruck Maximiliam Schell, el actor austríaco contaba 82 años y llevaba tiempo delicado de salud. Schell fue uno de esos actores europeos que llegó a brillar en Hóllywood y que en las décadas de los 60 y los 70 tuvo una trayectoria bastante brillante. Schell, nacido en Viena, era hijo del escritor y dramaturgo suizo Ferdinand Hermann Schell y hermano de la también actriz María Schell, fallecida hace ahora nueve años. Schell tenía una planta notable y ciertos aires de intelectual, y además de participar en más de 92 películas de cine y televisión, también fue escritor, director y productor de varios films.

Para mí el nombre de Maximiliam Schell siempre irá unido a "El juicio de Nuremberg" (1961), la película dirigida por Stanley Kramer y que en nuestro país fue titulada "Vencedores y vencidos"; por dicho film el actor, que contaba solo 31 años, se llevó el Oscar al mejor actor por su magistral encarnación de Hans Rolfe, el letrado que defiende al juez Ernst Janning (Burt Lancaster). La interpretación de Schell tuvo una fuerza increíble y es inolvidable, con el mérito añadido de tener que enfrentarse a un reparto espectacular, pues al citado Lancaster cabe añadir los nombres de Spencer Tracy, Montgomery Clift, Judy Garland -nominados los tres al Oscar-, Richard Widmark y Marlene Dietricht. La actuación del actor austriaco en la película de Kramer le inmortalizó definitivamente y le consagró como una primera figura del cine.

Aunque Schell nunca quiso ser encasillado, es inevitable poner de relieve la frecuencia con la que al actor le tocó representar el papel de nazi; posiblemente su figura, su aspecto duro y su origen austriaco influyeran en ello. Yo le recuerdo muy especialmente como el General Wilhelm Bittrich en "Un puente lejano" (1977), la brillante versión que hizo Richard Attenborough del best seller de Cornelius Ryan, con un reparto excepcional; espectacular la imagen de Schell vestido de general alemán en un balcón de su cuartel mientras presencia la llegada de los aviones americanos que llevan a los paracaidistas polacos y exclama: "si yo tuviera ese poder". Con menos años, pero caracterizado posiblemente con más, interpretó al capitán SS Eduard Roschmann -"el carnicero de Riga", un viejo militar nazi que preside una organización ilegal de antiguos nazis en "Odessa" (1974), un film de Ronald Neame basado en una novela de Frederic Forsythe. No obstante, el pale más llamativo que le recuerdo fue el que le correspondió en "La cruz de hierro" (1974), el durísimo film de Sam Peckinpah, dando vida al capitán Stransky, un militar prusiano obsesionado por obtener a cualquier precio el galardón alemán, ... inolvidables las carcajadas de James Coburn cuando al final de la película comprueba que Stransky no sabe cargar la metralleta.

La relación de Maximiliam Schell con los Oscar de Hollywood no se terminó con su estatuilla de 1961, pues fue nominado en dos ocasiones más en ambas curiosamente también en films vinculados a la Alemania del III Reich; en 1975 volvió a aspirar al galardón al mejor actor principal por "El hombre de la cabina de cristal", una película dirigida por Arthur Hiller y en la que encarna a Arthur Goldman,un magnate judío de Nueva York que acaba siendo capturado por agentes israelíes y juzgado por crímenes de guerra pues su verdadera identidad era la de Adolf Dorff, un coronel de las SS; Jack Nicholson ("Alguien voló sobre el nido del cuco") terminó llevándose el gato al agua. En 1977 fue nominado como mejor actor de reparto por "Julia", bajo las órdenes de Fred Zinnemann, una película en la que los Oscars a los mejores secundarios los obtuvieron dos de sus compañeros de reparto: Jason Robards y Vanessa Redgrave. "The Pedestrian" (1974), que él escribió, produjo, dirigió y protagonizó, fue nominada para Mejor Película Extranjera.

También trabajó en "Topkapi" (1964), de Jules Dassin, con Melina Mercouri y Peter Ustinov, la versión hispano-italiana de "Simón Bolívar" (1966), de Alessandro Blasetti, junto a Rosanna Schiaffino y Francisco Rabal, "El abismo negro" (1979), de Gary Nelson, con Anthony Perkins de co-protagonista, "The Freshman" (1990), con Marlon Brando de estrella, "Stalin" (1992), de Ivan Passer, con Schell en el papel de Lenin y Robert Duvall en el de Stalin y "Deep Impact" (1998), junto a Robert Duvall, Elijah Wood, Vanessa Redgrave y Morgan Freeman. No obstante, mi recuerdo infantil de este actor se remonta a "Al este de Java", un film de aventuras con vocación de superproducción que dirigió en 1969 Bernard L. Kowalski, donde se cuenta como a finales del siglo XIX el barco "Batavia Queen", tras zarpar del puerto de Singapur, se ve sorprendido, en plena travesía, por la erupción del volcán Krakatoa; Maximiliam Schell es el protagonista absoluto, junto a otros actores de cierto renombre como Brian Keith, Diane Baker y Sal Mineo.

Descanse en paz.

6 comentarios:

Alberto dijo...

Siempre recordaré su papel de abogado en "Vencedores y Vencidos", lo interpreta con una convicción y fuerza admirables.

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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Modestino dijo...

Posiblemente no volvió a tener un papel tan bueno.

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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