4 de enero de 2012

Todo un carácter

El Atlético de Madrid sigue acumulando fracasos en sus distintos proyectos; parece como si los colchoneros no pudieran bajarse nunca del vagón de la polémica y van acumulando records año tras año a la hora de destrozar las carreras de entrenadores y jugadores. Gregorio Manzano, un míster equilibrado y generalmente efectivo, ha sido la última víctima de este club devorador de hombres; tras tres largos meses de decepciones y fracasos la directiva que preside Enrique Cerezo ha vuelto a recurrir a un golpe de efecto para tratar de encauzar la errática trayectoria del equipo y procurar devolver la ilusión a una afición sufrida como pocas. Para conseguir su objetivo ha vuelto a recurrir a un histórico del club del Manzanares, propiciando el regreso de Diego Pablo Simeone, un argentino dotado de un fuerte carácter y un notorio espíritu indomable que fue en su día santo y seña del equipo que a las órdenes de Ratomir Antic consiguiera en 1986 el doblete para las vitrinas del equipo de la calle Barquillo. El "Cholo" es uno de esos jugadores que enloquece a una afición y en sus manos está conseguir relanzar a un equipo gravemente enfermo ... o convertirse en otro ídolo caído como en su día lo fueron personajes tan egregios en el mundo del fútbol como Paolo Futre, Javier Clemente o Carlos Bianchi.

Diego Simeone forma parte de una brillante generación de centrocampistas argentinos que comenzó a destacar en los Trofeos Apertura y Clausura entre finales de los 80 y principios de los 90; en aquella época seguía bastante el fútbol argentino y recuerdo nombres llamativos, como el de Fernando Redondo, posiblemente el mejor de ellos, un volante de una fuerza y calidad impresionantes que tras destacar en Argentinos Juniors acabó jugando en Tenerife, Real Madrid y Milán A.C.; por Zaragoza pasó también un "5" argentino de envergadura, Darío Franco, un jugador altísimo, de una gran colocación y una combatividad fuera de lo común, tanta que llegó a jugar un partido con el escroto fracturado, Franco, que vino del Newells Old Boys, vio cortada su progresión por una fractura de tibia y peroné sufrida jugando con la selección y acabó su carrera en el Atlas mejicano. De la misma época son Leonardo Astrada, un volante que siempre jugó en River Plate, Diego Latorre, un mago del balón que fichó por el Tenerife procedente de Boca Juniors y Gustavo Zapata, un creador que también jugó en River. "Cholo" Simeone se formó en uno de los grandes, Velez Sarfield, de donde marchó al Pisa, equipo que lo vendió al Sevilla, aunque fue en el Atlético de Madrid donde alcanzó más fama. Los colchoneros le traspasaron al Inter de Milán en 1977, ganando, la Copa de la UEFA y de allí pasó al Lazio, con quien ganó la Liga, Copa y Supercopa de Italia regresando al Atlético y acabando sus días en el Racing de Avellaneda.

Diego Pablo Simeone era un fenómeno de la naturaleza, capaz de correr y correr por todo el campo los noventa minutos del partido, poseedor de un amor propio llamativo y una gran capacidad de echarse el equipo a la espalda en los momentos más duros. El jugador, nacido en Buenos Aires tenía buena media goleadora y una técnica aceptable. Eso sí, no cabe olvidar que el hombre tenía una mala leche notable y no se andaba con chiquitas a la hora de intentar arrebatar el balón al contrario. Fue uno de esos jugadores llamados temperamentales, con habilidad para "liarla" si es necesario y una buena lista de incidentes llamativos en su "currículum". Eso sí, se trataba de un jugador extrovertido, de esos que por su entrega y su carácter se ganan enseguida el cariño de la afición; Simeone era garantía de esfuerzo y compromiso, algo que los buenos aficionados agradecen siempre.

Como entrenador Simeone ha dirigido a clubes argentinos del nivel y la historia de Racing de Avellaneda, Estudiantes de la Plata, River Plate y San Lorenzo de Almagro, además de una breve experiencia italiana con el Catania. Con Estudiantes de la Plata ganó el Torneo Apertura de 2006 y con River el Clausura de 2008. Ahora llega al Atlético de Madrid para tratar de transmitir su carácter ganador y contagiar a unos jugadores que parecen aburguesados su mentalidad ganadora y su condición de persona ambiciosa e inasequible al desaliento. Ya veremos si lo consigue o muere en el intento.


4 comentarios:

paterfamilias dijo...

Me alegro que cites que jugó en el Sevilla. Aunque lo digas de pasada, ya es algo, porque estoy harto de oír cualquier noticia en televisión y parece que este jugador solo jugó en el Atlético y que fue este club quien lo descubrió.

Ya debería estar acostumbrado porque lo mismo pasa cuando hablan de Suker o Zamorano, que parece que solo jugaron en el R. Madrid, pero no es así.

Mucha suerte con Jiménez. A mí me parece un muy buen entrenador (por lo menos para el Sevilla por su amor a los colores). Eso sí, olvídate del espectáculo, es resultadista, pero es lo que ahora se necesita, ¿no?

En Sevilla se lo cargó la prensa, que decía que el equipo no jugaba a nada y fue destituido con el equipo clasificado en 3ª posición y finalista de la Copa del Rey. Una injusticia más del fútbol.

Una parte importante de la grada coreaba aquello de "Jiménez, ¡qué coj.... tienes!"

Perdona el rollo

Modestino dijo...

Siempre pasa eso de que se olviden de donde comenzó a triunfar un jugador, en el Zaragoza pasa con Villa, los Milito, ...
Jiménez ha caído bien en Zaragoza, pero tiene una papeleta casi imposible.

Brunetti dijo...

He de reconocer que de este Simeone no hay nada que me guste. Diría yo que le tengo hasta cierta inquina, y eso que el hombre no me ha hecho nada.

No me gustaba su forma de jugar: era de aquellos futbolistas "de raza", sin apenas cualidades técnicas, leñero, fullero a más no poder, que todo lo hacía por sus genitales y que amenazaba a los contrarios y les espetaba frases del tipo "tú no juegas con el pan de mis hijos".

Así como tampoco me gusta su forma de expresarse (chabacana) ni de entender el fútbol (no digo que no me guste su "filosofía del fútbol" porque dudo mucho que sepa lo que es eso).

Por no gustarme, hasta me desagrada sobremanera oírle hablar, con esa voz de pito y ese acento tan cerrado que apenas le hace comprensible.

En fin, está claro que no tengo un póster del bueno de Simeone en mi casa.

Quien sí me parece una persona honesta y trabajadora es Manolo Jiménez. Quizá no sea un estudioso del fútbol, pero tal y como está ahora mismo el León Rampante, no es eso lo que más necesita el equipo.

Le deseo mucha suerte, porque la suya irá ligada a la felicidad del gran Modestino, cuya segunda profesión es la de 'sufridor'.

Abrazos.

Modestino dijo...

Mejor sufrir por el fútbol, Brunetti. Manolo Jiménez parece serio y honesto, se nota que por él no va a quedar ... Ha pedido 5 fichajes, ya veremos sí se los dan y qué le dan. De momento ya es oficial el regreso a Argentina de Leo Ponzio ... toda una señal del nivel del Zaragoza actual el que echemos de menos a Ponzio ...