23 de junio de 2010

"Dublinesca", Enrique Vila-Matas














"Dublinesca"
Enrique Vila-Matas
Seix Barral. Barcelona (2010)
328 páginas



Samuel Riba se considera el último editor literario y se siente hundido desde que se retiró. Un día, tiene un sueño premonitorio que le indica claramente que el sentido de su vida pasa por Dublín. Convence entonces a unos amigos para acudir al Bloomsday y recorrer juntos el corazón mismo del Ulises de James Joyce. Riba oculta a sus compañeros dos cuestiones que le obsesionan: saber si existe el escritor genial que no supo descubrir cuando era editor y celebrar un extraño funeral por la era de la imprenta, agonizante ya por la inminencia de un mundo seducido por la locura de la era digital. Dublín parece tener la llave para la resolución de sus inquietudes

Hacía tiempo que tenía ganas de leer algo de Vila-Matas; sabía que se trata de un escritor considerado como un guía de muchos escritores europeos e hispanoamericanos que buscan en la literatura otros caminos al margen del realismo y de la literatura más convencional y comercial, y eso me producía cierto respeto, pues tal vez ando demasiado acostumbrado a los libros que se leen cómodamente. Animado por quien sabe de ésto el día de San Jorge elegí "Dublinesca" como libro que comprar y hace poco más de un mes emprendí la tarea de leerlo con calma.

Cuentan que el propio Vila-Matas ha confesado que sus libros son una reacción contra el realismo castizo, tan presente en la literatura española de los siglos XIX y XX, reciclado en sus formas más comerciales en el siglo XXI. Defiende una literatura distinta para un lector distinto. Puedo asegurar que "Dublinesca" me ha costado entenderlo, he tenido que ir despacio e incluso volver sobre mis pasos, acabando con la sensación de que no lo he aprovechado lo suficiente; pero también he de afirmar que Enrique Vila-Matas escribe formidablemente bien, que estamos ante literatura de calidad y vale la pena disfrutarla, aunque a veces uno no sepa muy bien que nos quiere decir el autor y, por supuesto, lo de menos sea el argumento.

En algún lugar he leído que "Vila-Matas domina a la perfección el arte de convertir la literatura en protagonista de sus tramas, las citas, los autores, las referencias librescas...", y es completamente cierto, pues el libro es una frecuente mención de autores de carne y hueso, como Samuel Beckett, John Banville y, por encima de todos, James Joyce, pues queda dicho que el libro es un rendido homenaje al riesgo narrativo que en su momento supuso esta novela.

Algunos han calificado la literatura de Vila-Matas como "autoficción", y son elocuentes estas palabras suyas: “Me atrae en estos momentos –escribe– un género que mezcla la narración con la experiencia y la realidad traída al texto como tal, algo así como el tejido de un tapiz que se dispara en muchas direcciones: materia ficcional, documental, autobiográfico, ensayístico, histórico, epistolar, libresco...”.

La novela, sin uno sabe prescindir de ciertas precauciones o prejuicios, se acaba disfrutando, con un personaje central, el jubilado editor Samuel Riba, en quien el lector puede llegar a acabar identificándose, pues en el fondo sus relaciones con su esposa y sus padres, sus encuentros con sus amigos, sus neuras y recuerdos, aunque embebidos de la originalidad literaria, porque se trata de una novela y el escritor es alguien del mundo literario, son frecuentemente los mismos que uno tiene.


5 comentarios:

Brunetti dijo...

Me alegra que te hayas 'atrevido' con Vila-Matas y que no te haya defraudado "Dublinesca": tantas citas y referencias a otras obras y autores pueden llegar a provocar en el lector algo parecido a un 'complejo de ignorante'.

A menudo tengo la sensación de que algunos literatos no sólo escriben para que sus lectores disfruten, sino, sobre todo, para demostrar a sus colegas que ellos son los más cultos. Creo que es un mundillo repleto de vanidosos y ególatras.

A pesar de ello, considero que Vila-Matas, al que llegué a través de su íntimo amigo Paul (Auster), es uno de los más grandes escritores españoles actuales.

Por cierto, he leído por ahí que la historia del protagonista de "Dublinesca", que lucha por no volver a caer en las garras del alcohol, es puramente autobiográfica, puesto que, hasta hace unos años, me consta que Vila-Matas se bebía hasta el agua de los maceteros y que cerraba cada noche alguno de los tugurios que frecuentaba en Barcelona.

Quizá por eso me cae tan bien.

Feliz "revetlla" de Sant Joan.

Modestino dijo...

El complejo de ignorante apareció en varias ocasiones, desde luego.

De vanidosos y ególatras habría que hablar mucho, en el mundo de la literatura, y en otros muchos. Yo tambiém intuí toques autobiográficos.

ana dijo...

“Me atrae en estos momentos un género que mezcla la narración con la experiencia y la realidad traída al texto como tal, algo así como el tejido de un tapiz que se dispara en muchas direcciones: materia ficcional, documental, autobiográfico, ensayístico, histórico, epistolar, libresco...”.

Esto que ha dicho el autor, ya me lo hace inmensamente atractivo. Como siempre sucede, cuando entro por aquí, voy ampliando horizontes literarios. Nunca he leído nada de Vila-Matas.

Las debilidades humanas no sé que tienen, pero a mí me pasa como a Brunetti, al detectarlas en alguien hacen que esa persona me caiga bien. Quizá sea por eso, porque la identifico como yo... a veces y a ratos, tan calamidad... jajajaja.

Saludos y que disfrutéis de... ainsss... iba a poner fin de semana. Ufff... menos mal que sólo estáis Brunetti y tú, que ya sabéis de mi inestable y confusa ubicación en el tiempo.

Sí, hoy para mí es viernes... lo confieso jajajaja... a pesar de que me voy a currar en breve toooda la noche... pero es que mañana aquí es fiesta!!!

Que sea una especial noche de S. Juan... en la que se quemen toooodos los trastos que no sirven para nada... tooodo lo viejo al fuego!!! ya!!!! Hay demasiadas cosas que nos sobran. Hagamos magia con ellas.

Lo dicho, feliz noche de S. Juan!!

veronicia dijo...

No tenía yo ninguna intención en principio de leer este libro... pero Brunetti has mencionado a Paul Auster y eso lo cambia todo...

PD: Si alguien lee esto y salta la ola la noche de San Juan que salte por mi y pido como deseo irme a Tijuana. Gracias.

Un abrazo

Modestino dijo...

Ana, es bueno quemar los trastos viejos que no sirven para nada... además así brillan más los otros.

veronicia, un día habrá que hablar de Auster ... a ver si leo algo más suyo.